CASTELLÓ. El PSPV de Castellón vive una calma tensa en su proceso orgánico para la secretaría general. Desde que el pasado sábado Samuel Falomir, actual secretario general, e Isabel Albalat, alcaldesa de Albocàsser y afín al sector crítico de Ernest Blanch, confirmaron las precandidaturas, sus respectivos equipos se afanan estos días en reunir las firmas suficientes para confirmar las candidaturas antes del viernes, día en que finalizará el plazo. De acuerdo con lo que marcan los estatutos del partido, cada postulante debe acreditar su condición con el aval de entre un 12 y un 15% de la militancia. En vista de que las distintas agrupaciones de la provincia aglutinan alrededor de 2.000 simpatizantes, los porcentajes se traducen entre 240 y 300 signaturas.
La presentación de apoyos para verificar las dos alternativas no es un tema menor en la carrera hacia el liderazgo del PSPV. Más allá de tratarse de un requisito indispensable y que criba (en el caso de no juntar las rúbricas necesarias), representa la primera demostración de fuerza ante la afiliación. En este caso, acumular 300 avales y hacerlo en el menor tiempo posible (antes que el rival) da cierto protagonismo y algún que otro titular, aunque a efectos reales no tenga ninguna trascendencia en el supuesto de llegar a unas primarias.
Hace algo más tres años, a finales de diciembre de 2021, cuando el PSPV de Castellón activó una renovación extraordinaria por la irrupción de la pandemia, los dos concurrentes de entonces presentaron el máximo número posible de avales. Blanch, secretario general, y Falomir, aspirante, corroboraron sus candidaturas con 305 firmas cada uno. Unas semanas después, ya en 2022, el alcalde de l'Alcora logró la victoria por una corta diferencia con el 52,7% de los votos frente al 46,3% del morellano.
Con todo, a partir de que se confirmen las dos opciones, el calendario marco de los procesos provinciales fija de manera concisa las fechas clave. Del 15 al 18 de febrero, se proclamarán los candidatos. Del 19 al 28 del mismo mes, tendrá lugar la campaña informativa. Cada uno podrá realizar los actos que considere oportunos para captar apoyos y convencer a los indecisos.

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Negociación interna en busca de una lista única
En paralelo, se podrá negociar internamente para intentar llegar a un acuerdo con una lista única y de integración, evitando con ello el plebiscito. De no llegar a buen puerto las conversaciones entre las dos partes, la primera votación se celebrará el domingo 2 de marzo en las casas del pueblo. Si no se produce un resultado muy desequilibrante, con un claro ganador, la segunda jornada en las urnas se convocará para el 9 de marzo. Ese día se conocerá el nombre del secretario general, aunque el punto final se producirá el 5 de abril en Segorbe, donde se elegirá a la nueva dirección del PSPV de Castellón.
Aunque todavía no se ha proclamado a ninguno de los dos candidatos a la secretaría general, Albalat ya está de campaña. Prueba de ello es que este lunes, en un comunicado, desgranó algunos de sus objetivos en el caso de salir elegida por las bases. Así, puso especial énfasis en el papel de los municipios más pequeños. "Llevamos el municipalismo en nuestro ADN. No podemos continuar siendo un partido que solo se acuerda de los pueblos cuando se acercan elecciones. Nuestra misión es estar a su lado siempre, escuchando, ayudando y apoyando a sus gobiernos municipales y portavoces", señaló. "Tenemos que ser eficientes y eficaces. Digitalización, bases de datos, herramientas telemáticas e inteligencia artificial no pueden ser recursos solo para grandes estructuras. Todo el PSPV-PSOE tiene que estar modernizado para llegar a cada rincón de la provincia y hacer política útil", agregó.