CASTELLÓ. La ciudad de Castelló podría contar próximamente con una nueva residencia privada de salud mental. Insoeme, una empresa de Burriana, ha proyectado en el que fuera en el antiguo convento de San José, un centro de atención específica a personas con enfermedades mentales que contará con 37 plazas y un presupuesto de ejecución material de 689.377,33 euros.
La entidad espera ahora que el Ayuntamiento le otorgue la Declaración de Interés Comunitario (DIC) para, posteriormente y una vez aprobados los demás trámites correspondientes, llevar a cabo las obras de adecuación del edificio. Estas se limitarán a una redistribución de parte del espacio interior (sin alterar las características estructurales) para así cumplir, por un lado, con la normativa de protección contra incendios y de accesibilidad y, por otro, con la normativa sectorial de servicios sociales específica para el uso al que se destinará el edificio.
El propio proyecto se autodefine como un servicio residencial comunitario, abierto y flexible destinado a personas con enfermedades mentales crónicas que no requieren hospitalización. El objetivo de la residencia será trabajar con los pacientes desde una perspectiva de rehabilitación y enfocando las distintas actuaciones hacia la mejora de su autonomía personal y social. Asimismo, desde el centro se ofrecerá apoyo, psico-educación y asesoramiento a las familias que lo necesiten, mientras que los usuarios, de entre 18 y 65 años, convivirán en régimen de internado.
Vista aérea del antiguo convento de San José
La residencia estará organizada en tres módulos residenciales de 10 plazas de capacidad y otro módulo, de 7 plazas, que reunirá las características de un centro residencial de carácter convivencial. La estancia mínima en el centro será de 12 meses y la máxima de 18 prorrogables a otros 6. Al finalizar cada usuario su estancia, podrá acordarse su permanencia de forma indefinida o su ingreso o reingreso en un centro residencial.
El proyecto, una vez finalizado, generará 36 puestos de trabajo fijos que se distribuirán en turnos. De forma indirecta, se estima la creación de entre 10 y 15 empleos, beneficiando especialmente a proveedores de alimentación, suministros sanitarios, equipamiento y materiales de construcción, a programas de capacitación para la reinserción social de los usuarios y a los servicios de movilidad para residentes, visitas y personal.
La situación actual del convento y el traslado de las monjas que allí residían
Actualmente, el convento dispone de una vivienda con acceso independiente en uno de los extremos. Esta consta de planta baja y primera y está comunicada a su vez con el convento que presenta diversas salas, cinco habitaciones en la planta baja y 22 habitaciones más en la primera planta. En planta baja hay también cocina y una sala de máquinas.
Hasta el mes de agosto de 2023, allí residían las Reverendas Madres Carmelitas Descalzas de Castelló, quienes solicitaron el 19 de julio de 1975 la licencia de obras al Ayuntamiento de Castelló para crear un nuevo edificio y trasladar el convento de la ciudad a las cercanías de la Basílica del Lledó, patrona de la ciudad. Un mes más tarde, el 20 de agosto de 1975, se les concedió la licencia de obras y, a su finalización, cambiaron de ubicación.
