CASTELLÓ. Los ecos de las primarias del PSPV de Castellón a la secretaría general todavía colean tres días después. El amplio triunfo de Samuel Falomir para revalidar su liderazgo deja varias conclusiones en clave interna. Por un lado, ese 64% del respaldo obtenido de la militancia legitima al alcalde de l'Alcora para diseñar sin mochilas la nueva Ejecutiva Provincial, cuya proclamación se producirá en el congreso ordinario de Segorbe el 5 de abril. Por otro, el 34,9% del sector crítico le sirve a este como crédito para reclamar hasta tres puestos de salida en la futura lista autonómica con vistas a concurrir a los comicios de 2027.
Y es que en los mentideros socialistas la estrategia del grupo de Ernest Blanch era conocida por todos desde que la alcaldesa de Albocàsser, Isabel Albalat, anunciara su intención de postularse tras el fallido intento con el primer munícipe de Montanejos, Miguel Sandalina. El triunfo de Falomir, fundamentado en el apoyo de las grandes agrupaciones, se daba por seguro, por lo que la presentación por parte de los descontentos de una alternativa sobre la bocina, en realidad, buscaba ir más allá de la votación del pasado domingo y de la confección de la nueva dirección provincial.
Con ese 34,9%, tanto Blanch como María José Salvador, ambos actuales parlamentarios, y la propia Albalat podrían reclamar sillones en Les Corts en las próximas elecciones. Al menos, a tenor de su cuota por el sostén de las bases. Cabe recordar que el primero y la segunda, en 2023, se aseguraron su continuidad como diputados autonómicos al ocupar los puestos dos y siete de la candidatura liderada por el grauero Rafa Simó. Los socialistas lograron ocho escaños.

- Falomir, durante su discurso tras ganar las primarias. -
- Foto: CARLOS PASCUAL
Forzar la máquina para entrar en la nueva Ejecutiva Provincial
En este punto, tampoco a nadie se le escapa que el sector crítico tratara de forzar la maquinaria hasta el final para que el secretario general les ofrezca algún cargo dentro de la nueva cúpula del PSPV bajo el pretexto de la integración. Sin embargo, está por ver qué hará finalmente Falomir. Fuentes consultadas aseguran que existe malestar en el núcleo duro del también portavoz del Partido Socialista en la Diputación por el movimiento "desleal" del grupo de Blanch, al que de alguna manera ya se integró hace cuatro años (en 2021), cuando el alcorino derrotó al morellano en las urnas (52,7% de los sufragios frente al 46,3%). Nombres como el de Albalat se incorporaron a la Ejecutiva Provincial para visibilizar cohesión y evitar una imagen de división.
Incluso, varios de los que en su día fueron simpatizantes del exsecretario general prosiguieron en el grupo socialista de la Diputación después de los comicios de 2023. Lo hicieron pese a verse ostensiblemente reducida la representación al perder la institución en manos del PP, que recuperó el control de la entidad supramunicipal gracias a su mayoría absoluta de 15 diputados.