CASTELLÓ. El inicio de las obras de mejora de las travesías de Vinaròs encara la cuenta tras formalizar el Ministerio de Transportes el contrato de adjudicación, que ha recaído en la empresa castellonense Becsa por un coste de 6,7 millones de euros. Esta actuación permitirá humanizar y convertir en un vial urbano las antiguas carreteras estatales. Una vez culminen las obras el el Gobierno central traspasará la titularidad de estos viales al Ayuntamiento de Vinaròs, que se encargará de su mantenimiento.
La adjudicataria desarrollará los trabajos durante un plazo de 11 meses, con los que reforzará la integración urbana de las travesías en la localidad después de salir el tráfico que circulaba por la N-340 por el desarrollo de la variante de la N-340 en 2015 y la liberalización de la AP7 en 2020. La remodelación se centrará en 13 kilómetros de la N-340a, N-232 y N-238 que discurren por la población con el fin de reordenar el tránsito y hacer más sostenibles sus condiciones, impulsando zonas de paso para peatones y ciclistas.
En estos momentos, estas travesías mantienen su aspecto de carretera tradicional, con un recorrido desordenado al confluir con diversas calzadas que dan servicio a edificaciones adyacentes, una realidad que genera situaciones de riesgo para la seguridad vial. Al respecto, carece de puntos de cruce o itinerarios peatonales que conecten ambos márgenes de la carretera.
Así, el objetivo de la reforma pasa por implantar medidas para el calmado del tránsito y la reducción de velocidad de la circulación, como el estrechamiento de la calzada o la instalación de pasos peatonales sobreelevados que permitan permeabilizar y cruzar el vial.
La propuesta consistirá en la conversión de una vía urbana. En la N-340 se reordenarán los usuarios viarios, manteniéndose dos carriles destinados para el tráfico de vehículos y habitándose una ruta ciclopeatonal, separados ambos mediante una jardinera. Asimismo, se habilitarán tres nuevas glorietas, al tiempo que se repararán daños estructurales del firme. En esta línea, cabe destacar nuevas rotondas de acceso a los polígonos, al cami de les Carreteres, al Camí Vell d'Alcanar y al dels Ameradors. También la ejecución del bulevar del Baix Maestrat y sus correspondientes rotondas en la calle Peñíscola, el barranco de les Salines, la avenida de Castelló, el Saldonar y les Cales.

Tres tramos
La conversión en vía urbana se realizará en tres tramos. El primero enlaza el centro comercial con Capsades, actuándose en una longitud de la carretera de 1.607 metros. El segundo comienza en la nueva glorieta de Capsades y finaliza en la existente en la intersección con la N-232 y la calle Mare de Déu del Pilar, contemplando 718 metros. Por último, el tercero partirá del ramal situado al norte de la glorieta de la N-232 y afecta a 1.233 metros. En este punto se construirá otra rotonda en la parte final de la carretera, junto a la avenida de Barcelona.
Con las travesías transformadas, el Ministerio, en virtud al acuerdo aprobado en 2021, las cederá al Ayuntamiento de Vinaròs.