LA VILAVELLA. El Ayuntamiento de la Vilavella ha abierto un nuevo procedimiento para vender las 71 plazas del garaje subterráneo de la plaza del Mercat que aún tiene en propiedad. Las primeras 8 plazas logró enajenarlas el pasado mes de septiembre a otros tantos propietarios por un importe global de 67.076 euros. Es decir, a una media de 8.384 euros por plaza.
Ahora, en esta segunda tentativa que ya es por adjudicación directa, el consistorio rebaja el precio de salida de cada plaza de garaje a 6.720 euros y fija el 10 de enero de 2029 como fecha tope para que cualquier interesado pueda presentar una oferta económica. La intención municipal es deshacerse de las 71 plazas de garaje que aún posee y, de esa forma, ingresar 477.120 euros que se sumarían a los 67.076 euros que ya recaudó por la venta de las primeras 8 plazas. Es decir, en el supuesto más optimista ingresaría alrededor de 544.000 euros al final de todo el largo proceso. Por tanto, el Ayuntamiento recuperaría los alrededor de 500.000 euros que inyectó en 2021 para rescatar el parking.
Consciente de que la fórmula de la concesión a un número limitado de años no es atractiva para vender las plazas, el ejecutivo municipal ya desafectó el garaje en el año 2021 y efectuó un buen número de trabajos de mantenimiento y mejora para recuperar su uso. Activó los sistemas de ventilación y de emergencias, así como las bombas de incendios y la iluminación. También sustituyó el antiguo ascensor que había quedado obsoleto por otro nuevo.
La desafectación del garaje permitirá ahora que el comprador de cualquiera de las 71 plazas en venta la tenga en propiedad, no en concesión. El negocio de construir garajes subterráneos en suelo público, con la venta de plazas a particulares mediante la fórmula de la concesión, proliferó en numerosos municipios de la provincia en los años de la burbuja inmobiliaria. Sin embargo, todas aquellas iniciativas fracasaron de forma estrepitosa. Algunos ayuntamientos optaron por rescatar esos garajes con la intención final de vender las plazas y recuperar a largo plazo el dinero inyectado. En el caso de la Vilavella, aquel proceso aún se arrastra.