CASTELLÓ. La aparición durante los últimos años de iniciativas dirigidas a potenciar el desarrollo del medio rural ha sido constante. Unos proyectos que han constatado la riqueza de oportunidades existentes en los pueblos del interior y que conjugan tradición y nuevas tecnologías, además de tener como objetivo el progreso económico, social y cultural de las áreas rurales. En este sentido, algunos de los sectores clave a la hora de revitalizar la economía rural son la agricultura ecológica, el sector agroalimentario, la artesanía o el turismo rural. En este último caso, en concreto, el turismo experiencial.
Una modalidad que se ha consolidado en los últimos años y que fue la base con la que nació en 2023, el proyecto Quercus Espacio Rural en Jérica, impulsado por María Sánchez. Éste se gestó como un alojamiento rural “con el objetivo de crear y cuidar un espacio donde fuera posible disfrutar de experiencias viajeras y del contacto con la naturaleza y la riqueza patrimonial del municipio, y al mismo tiempo dar visibilidad a otras iniciativas que se dan en la zona”. Poco a poco, apunta María, ese proyecto “se ha ido mudando de piel y mientras se está reformulando una nueva propuesta de alojamiento, en la actualidad, la actividad se basa en la realización de talleres y en la creación de espacios de encuentro relacionados con la creatividad y con el bienestar desde un punto de vista holístico y en conexión con el entorno”, apunta María.
Dinamización
La filosofía del proyecto persigue la dinamización de la zona y propone para el visitante una manera diferente de conocer el territorio a través de actividades experienciales que tienen como “idea central disfrutar a 'tempo lento'”, argumenta María. Entre las actividades que propone Quercus Espacio Rural se encuentran talleres de escritura itinerante, de costura o de collage y escritura intuitiva, entre otros, los cuales ofrecen un servicio a la comunidad del medio rural del cual no disponen y al mismo tiempo, favorecen la conexión de los visitantes con el territorio ya que les permite conocer otros proyectos que se están llevando a cabo en Jérica y en la comarca.

María explica que, por ejemplo, en algunas ocasiones los talleres se hacen en colaboración con otras iniciativas, como Tesoros del Palancia, en Bejís, o el taller de costura que tiene Lidia en Jérica. “La mentalidad con la que trabajo es que lo que va a transformar la realidad del territorio es hacer cosas juntos, colaborando entre todos y una de las premisas del proyecto Quercus es no estar anclado a un espacio, a una vivienda rural, sino que el objetivo es la dinamización cultural y al mismo tiempo establecer sinergias con el comercio local para favorecer a la economía de la zona”, afirma la gerente del proyecto.
Esta manera de entender el turismo persigue que los visitantes de la zona conozcan el lugar que visitan desde dentro y, sobre todo, “de la mano de la gente los habita”, entiende María, “se trata del llamado turismo naranja, más de tocar, de conocer los sitios a través de lo que se hace en el lugar, de la participación en actividades creativas”.
Actividades
La gerente de Quercus apunta que durante los dos primeros años de funcionamiento de la iniciativa, “ha habido mucha gente de la ciudad que ha venido a disfrutar del alojamiento y a participar de las actividades prácticas que se han programado”, las cuales han tenido un carácter puntual hasta el momento. María comenta que la idea es establecer talleres con una periodicidad concreta y regular, y que en un futuro no muy lejano Quercus se pueda convertir en su único medio de vida.

María Sánchez es un ejemplo de las personas que han dejado la ciudad para vivir en la ruralidad. Bióloga de profesión, dejó hace nueve años Valencia, para asomarse a la comarca del Alto Palancia. Su primer contacto lo realizó a través de la Cooperativa Canopia, entidad que gestiona La Surera en Almedíjar, para más tarde emprender en solitario con una idea principal: contribuir a dinamizar el territorio. Y es que María lo tiene claro. “Los pueblos se mantienen por la gente que vive aquí todo el año, porque para que estén garantizados todos los servicios cuando vienen las personas a veranear o a pasar algún fin de semana, es necesaria una continuidad en los servicios, y esa solo se da si se fija población en el medio rural”, concluye.