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CULTURA

Leer la pintura a través del tacto: Elisabeth Rodrigo relaciona el Mediterráneo y la calma con sus texturas

La artista castellonense expone 'No todo es azul' del 14 de febrero al 3 de marzo en el Menador

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CASTELLÓ. Desde que existe, el ser humano ha sentido la necesidad de expresar aquello que lo convierte en uno mismo. La creatividad, como proyección de la capacidad innata de imaginación, impulsa a la especie a tratar de representar el mundo en el que vive. Esta plasmación incluye desde la imagen de uno mismo hasta los límites más insospechados de la fantasía. No obstante, a lo largo de la historia del arte, especialmente en su disciplina pictórica, el contexto natural supone una temática esencial de las obras elaboradas. La pintura, una de las siete bellas disciplinas, viaja hasta el principio de los tiempos como una de las expresiones artísticas más antiguas y diversas, pues su materialización resulta posible mediante una pléyade de técnicas. En el siempre buscado afán de realismo, destaca la labor de agregar materiales al lienzo para que este resalte y dote de mayor credibilidad, si cabe, a la obra. La textura, como método, insufla vida propia al trabajo creativo y otorga a la pintura un lenguaje único que, junto a lo visual, abre la puerta a la interacción con otros sentidos.

La trayectoria de Elisabeth Rodrigo se enraíza en una vocación artística ligada a un escenario omnipresente y significativamente poderoso: el mar Mediterráneo. Crecer a su lado, como reza su vía de motivación, "marca mi creación; es mi mayor inspiración". De esta manera, la autora construye un universo imaginativo propio a través de la combinación del arte y la meditación. La suma produce trabajos sostenibles, que beben de la fuente inacabable de la naturaleza e incorporan materiales para crear relieves como elemento único. Así, los lienzos de Rodrigo 'recogen' los plásticos que devuelven las olas del mar, la arena que separa el universo terrestre del acuático o las conchas que salpican este límite. Bajo esta premisa, la artista expone por primera vez en Castelló con No todo es azul - del 14 de febrero al 3 de marzo en el Menador Espai Cultural. El título de la muestra estriba en un "juego de palabras", señala Rodrigo. "Prácticamente la totalidad de mis cuadros son en tonos azules y blancos, excepto cuatro obras; así, justo en el cartel aparece una de ellas".

La calma como hilo conductor

La caja de herramientas de Elisabeth Rodrigo se completa con otros materiales como la tierra o la madera; cada uno de ellos aporta su sentido en la construcción de la realidad visible en su trabajo. "Uno de los temas que más me preocupan es el cambio climático y cómo afecta a las personas y al planeta", indica la castellonense. "Intento incorporar entre los materiales que utilizo para las texturas aquello que voy recogiendo; desde arena de la playa, plásticos, conchas o cerámica, puesto que estamos en la provincia de Castellón". Asimismo, Rodrigo abre el abanico de recursos a aquellos que se encuentran en el día a día, como café o arroz. "Experimento con las texturas que quedan; hay algunas que me gustan y otras que descarto. Así, voy jugando hasta que queda el resultado final", explica la artista, que detalla su proceso creativo. "Sobre todo, se trata de una forma de dar a entender, educar y sensibilizar al público sobre el reciclaje de los materiales a través de la conciencia y la creatividad".

  • 'Henko', realizado con arena y polvo de mármol

En este sentido, las obras de Rodrigo invitan al espectador a adentrarse en un imaginario que rebosa tranquilidad. "Lo que más me gusta es que mis cuadros insuflen una sensación de calma al espectador", asegura. "El hecho de utilizar los tonos azules, uno de mis colores fetiches, viene de mi inspiración en la naturaleza y, especialmente, en el mar". Así, el conjunto del trabajo de la creadora castellonense refleja su relación con el Mediterráneo. "A mí me transmite calma e intento que, al crear una obra, las personas capten ese sentimiento", subraya Rodrigo, que apunta hacia otra de las reacciones asiduas del público al apreciar sus cuadros. "Junto con la mezcla de las texturas, la gente también se sorprende de que, con materiales tan básicos, a nuestro alcance, puedan crearse obras de arte". A tal efecto, la técnica de la textura pictórica empleada por la autora castellonense dota a sus trabajos de una vertiente inclusiva. "El arte tiene que estar al alcance de todo el mundo", afirma. "El hecho de tener texturas es una forma táctil de experimentar cada pieza a través de su relieve, como si estuvieran leyendo la pintura".

La intuición como punto de partida

El comienzo del proceso creativo de Elisabeth Rodrigo rompe con los escalones habituales para abrir un camino más libre. "No trabajo con boceto, sino que todo se realiza de forma intuitiva", comenta la creadora. "Me enfrento al lienzo en blanco y dejo que sean mis emociones las que guíen los pinceles y las pinturas, como una forma de meditación". De esta manera, la obra de la artista castellonense ha evolucionado desde sus inicios a raíz de la pandemia de la covid-19. "Cuando empecé a pintar no imaginaba que llegaría a exponer", confiesa Rodrigo. "La forma de comenzar fue por sorpresa, durante el confinamiento. Siempre me había atraído el arte, ya que es increíble lo que puede llegar a transmitir; pero nunca me había dedicado a ello". Así, la pintora reconoce que su estilo ha acometido una evolución "tremenda". "Mi primera oportunidad para exponer fue en Oropesa del Mar, a través de la galería de Ana Rubio". Mediante la perseverancia, los cuadros de la autora han viajado a Madrid, Pamplona o Barcelona. Ahora, se enseñan por primera vez en Castelló. "Siempre he querido exponer en mi tierra, pero la realidad es que he expuesto antes fuera que dentro", señala.

  • 'Shizuka', realizado con café, gesso y yeso

Rodrigo, galardonada con el primer premio de Pintura en la quinta edición del concurso Provi-Art en Barcelona el pasado mes de noviembre, destaca el papel "clave" que juega la pintura en la concienciación medioambiental. "El hecho de que la gente pueda ver que con las conchas que nos devuelve el mar, la arena de las costas o los plásticos que arrastra el agua se pueden crear obras de arte, instruye al público sobre cómo tratamos al planeta y cómo nos afecta". En definitiva, el arte se convierte en una manera de fomentar el pensamiento ecológico entre los espectadores, quienes no sólo lo perciben en una dimensión visual, sino que pueden acercarse a la obra para interactuar y relacionarse con ella mediante el tacto. Así, los cuadros de Elisabeth Rodrigo invitan a leer la pintura a través de los sentidos y apreciar la calma del mar desde la sala de exposiciones de la planta baja del Menador de Castelló desde el 14 de febrero y hasta el próximo 3 de marzo.

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