CULTURA

3.ª edición

La danza para vertebrar el territorio: Cinctorres, Tírig y Villamalur acogen la residencia Nodus 2025

El proyecto, coordinado por el coreógrafo Toni Aparisi, recibe esta semana a cinco bailarines internacionales

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CASTELLÓ. Las residencias artísticas brindan una oportunidad única para elevar el valor de un proyecto cultural, independientemente de su disciplina. El entorno concreto en el que se sumergen sus participantes - creadores, intérpretes o investigadores - crea un espacio singular: un nexo propicio para compartir ideas y unirlas con el objetivo de abrochar un proyecto superior. En el caso de la danza contemporánea, estas iniciativas no sólo suponen una base sólida para el desarrollo de nuevas piezas, sino que también ayudan a fomentar el intercambio entre artistas de distintos orígenes o estilos. Entre los factores que influyen en ello se encuentra el contexto. Para territorios como el interior de la provincia de Castellón, por ejemplo, estas propuestas comportan un doble valor añadido. Por una parte, llevan la plástica a zonas rurales o de menos densidad poblacional y vertebran las comarcas a través del arte. Por otra, transforman el municipio en un epicentro de creación contemporánea y genera vínculos entre vecinos y artistas.

A partir de estas dos premisas nace la residencia de convocatoria abierta Nodus 2025, que este año celebra su tercera edición en las localidades de Cinctorres, Tírig y Villamalur. El proyecto - impulsado por la Fundación Caja Castellón, la Diputación de Castellón, el Institut Valencià de Cultura (IVC) y los respectivos ayuntamientos - reúne a cinco bailarines internacionales seleccionados y coordinados por el coreógrafo valenciano Toni Aparisi. Así, a lo largo de esta semana, los elegidos realizarán sesiones diarias y disponen de una total libertad creativa para desarrollar una pieza propia con la colaboración del resto. Asimismo, dentro del proceso creativo, la actividad recomienda "incluir elementos vinculados a la comarca de Els Ports". Concretamente, la londinense Shay Bu (1999); la parisina Yumio Chanoki (2002); la brasileña Melissa Figueiredo (Salvador de Bahía, 1989); la bonaerense Ximena Tamara Pinto (1992); y el colombiano Jimmy Páez (Medellín, 1990) viajan hasta el próximo lunes al corazón de la provincia.

La importancia del intercambio

La residencia de danza contemporánea repite, entre los tres escenarios de este curso, en Cinctorres, donde debutó en su primera edición. El pasado año, por su parte, la convocatoria abierta Nodus visitó en Sueras el interior de la comarca de la Plana Baixa. "El aprendizaje de los dos primeros proyectos reside en que no tenemos que tener una visión condescendiente hacia las comunidades rurales", afirma Alfredo Llopico, gestor cultural de la Fundación Caja Castellón y también coordinador de la experiencia. La iniciativa, cuyo plazo de presentación de solicitudes terminó el pasado 31 de mayo, cubre los gastos de transporte y alojamiento, así como una ayuda al viaje hasta Castelló. "No hay lugares grandes ni pequeños", continúa Llopico. "Una persona puede estar en un sitio pequeño, pero sus necesidades son las mismas, idénticas a las de aquel que vive en una gran ciudad". Durante su estancia en Els Ports y en el Alt Maestrat, los bailarines desarrollarán su trabajo en espacios no convencionales, con tapices y adaptaciones técnicas.

En este sentido, Nodus 2025 acoge el prestigio de profesionales como Chanoki, con una trayectoria trufada de presencias en producciones de alto nivel como la ceremonia de apertura de los últimos Juegos Olímpicos, en París. "Lo más importante de toda esta propuesta radica en lo enriquecedor que resulta el intercambio", señala Alfredo Llopico. "De repente, a una comunidad del interior de Castellón llega un grupo de artistas, de distintos puntos del planeta, y ninguno de ellos se conocía anteriormente". Además de poseer amplios bagajes creativos y versátiles, Shay Bu o Pinto destacan por haber dirigido ensayos, ejercido la docencia en universidades de Londres o California y formar parte de reconocidas compañías como el argentino Grupo Cadabra. "Cada uno aporta lo mejor que tiene", asegura el gestor cultural. "Entran en contacto con la comunidad y ésta se involucra; me sorprenden en gran medida la implicación tan favorable y la voluntad de acercamiento hacia un tipo de proyecto diferente en este contexto".

Un apoyo a la cultura profesional

La elaboración de la pieza a cargo de los participantes, sin restricción de duración o técnica, puede utilizar materiales propios y elementos teatrales, gestuales o performativos. De esta manera, cada uno de los bailarines aporta una obra previa, en la que después intervendrá el resto para crear finalmente cinco danzas colectivas. "La visión que conjuga las propuestas y les otorga un sentido de unidad deriva del trabajo de Toni Aparisi", apunta Llopico. La residencia profundiza en su tercera edición en el "apoyo a la cultura de carácter profesional". A tal efecto, la veteranía de Figueiredo queda patente en su colaboración con coreógrafos de renombre como la alemana Sasha Waltz o el mozambiqueño Edivaldo Ernesto. La brasileña comparte con Páez la hibridación del movimiento con temáticas dramaturgas y la aparición en festivales de Europa y América Latina. "Hemos recibido 206 solicitudes de 39 países de personas que desarrollan sus carreras en compañías internacionales; para ellos supone un choque positivo y novedoso".

En Cinctorres, Tírig y Villamalur, los candidatos seleccionados cambiarán los escenarios de auditorios nacionales por el fondo de la plaza del pueblo o por una iglesia reconvertida en teatro. "A lo largo de una semana, ocho extranjeros conviven con la comunidad; desayunamos con ellos, coincidimos y los vecinos ven que algo se está preparando", explica Alfredo Llopico. Así, el lugar donde se desarrolla el proceso creativo de los artistas se encuentra abierto con el objetivo de invitar y acercar la experiencia. Entre este sábado y el próximo lunes, las piezas confluirán en el improvisado escenario del templo en una última presentación abierta al público. Asimismo, el producto resultante podrá apreciarse en una representación en la Sala Sant Miquel a partir de septiembre. "La provincia es mucho más que la ciudad de Castelló y debemos trabajar para que esto se proyecte también en la cultura". En definitiva, la residencia Nodus vertebra, escucha y proyecta esta semana el territorio a través de la danza contemporánea.

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