VALÈNCIA. El PSPV celebrará entre el 12 y 14 de noviembre su 14º Congreso Nacional en Benidorm, que servirá para que el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, renueve su liderazgo, designe a la nueva Ejecutiva y se establezca la hoja de ruta política y orgánica del partido de cara a los próximos cuatro años.
De forma paralela a este proceso, se producen internamente otros movimientos relacionados con los congresos provinciales -los más delicados y complejos para la formación socialista- e incluso con modificaciones institucionales que podrían tener relación con estos cónclaves.
Por el momento, no hay maniobras aparentes. La cúpula de los socialistas valencianos está centrada en que el próximo congreso autonómico sea un éxito político y orgánico que sirva de refuerzo al presidente Puig. De hecho, no se tienen noticias de negociaciones de cara a los siguientes procesos, aunque casi todos hablan del día después y realizan elucubraciones sobre el amplio abanico de combinaciones que podrían precipitarse después de la cita que tendrá lugar en Benidorm.
Curiosamente, buena parte de los planes estratégicos y cambios de cromos que muchos elucubran tienen un denominador común: la Delegación del Gobierno que actualmente dirige Gloria Calero, afín al exministro José Luis Ábalos, aparece como moneda de cambio, premio o compensación para algún dirigente socialista. Una especie de bisagra dorada que los afines a Puig contemplan como parte importante de cara a cualquier movimiento que permita encajar el puzzle orgánico del partido.