CASTELLÓ. Jesús de Miguel ya es historia en el Castellón. Quien fuera uno de los artífices del último ascenso del equipo orellut se marcha traspasado al Tenerife, club recién descendido a Primera RFEF, lo que supone el final de una etapa de dos años y medio en el equipo albinegro.
Se marcha una de las primeras apuestas fuertes de Bob Voulgaris tras su llegada a la entidad albinegra y uno de los futbolistas que contribuyeron al salto de calidad que llevó al equipo castellonense a regresar al fútbol profesional.
De Miguel firmó como jugador del Castellón en el mercado de invierno de la temporada 2022/23, después de que el club de la Plana pagara 145.000 euros al Unionistas por su propiedad.
No se puede decir que el fichaje ilusionara sobremanera a la afición viendo los números anotadores con los que llegaba el jugador a Castalia, pero acabó dando un rendimiento notable al equipo. De Miguel marcó seis goles en esa media temporada y 16 en la siguiente, la del ascenso.
La pasada campaña debutó como jugador de Segunda División y fue titular habitual con Dick Schreuder, salvo un periodo de un mes y medio en el que estuvo lesionado. Sus números anotadores no fueron impresionantes –tres goles en esa primera vuelta-, pero el ya ex técnico albinegro valoraba otras cualidades en su juego, como su intensidad en la presión sobre la salida de balón de los defensores rivales.
Con la llegada de Johan Plat al puesto de primer entrenador, el protagonismo del madrileño se redujo. El preparador actual lo relegó como tercer delantero por detrás de Ousmane Camara y Nick Markanich, por lo que De Miguel tan solo intervino como titular en cuatro partidos y no marcó ningún gol. Esta situación le convertía en un serio candidato a convertirse en baja del Castellón este verano, como así se ha confirmado.
Su salida deja al equipo albinegro con cuatro atacantes en nómina, ya que a los dos ya citados hay que sumar a David Flakus y Pere Marco, que regresan tras cesión, aunque habrá que ver si cuentan en los planes del club.