VILA-REAL. Ocho partidos separan al Villarreal de fin de año. Ocho encuentros que definen en las tres competiciones en las que participa el Submarino, que tiene mucho que hacer antes de tomarse las uvas.

En LaLiga le esperan cinco partidos, siendo uno un derbi comunitario contra el Levante y otro con el Barcelona; un partido cargado de polémica por el "caso Miami", además de la tensión deportiva que se vive entre los dos equipos que no paran de batallar por ese segundo puesto tan cómodo para el Villarreal y tan complicado para el FC Barcelona.

LaLiga y sus dificultades: el segundo puesto está en juego

La competición doméstica es la más exigente a nivel de minutos. En cuanto a esta recta final, supone cinco partidos de ocho que disputa el equipo de Marcelino García Toral.

El rival más cercano es el Mallorca en la jornada 13 de LaLiga en la Cerámica. Un partido en el que se esperan rotaciones, sobre todo porque muchos jugadores vuelven de estar con sus selecciones y, lo más importante, hay un partido de Champions a la vuelta de la esquina. Rotaciones barriendo hacia casa, eso sí. Sería extraño que García Toral se atreviera a inventar mucho, además de que este año no se diferencia mucho un titular recurrente de un suplente, ya que el nivel del equipo está en alza.

Con medios suficientes para todos los partidos y con la delantera recuperada, el siguiente fin de semana jugaría contra la Real Sociedad, en San Sebastián. El 30 de noviembre se enfrentará a una Real que no está en su mejor momento, a pesar de tener a Oyarzabal enrachado con la selección española.

Le siguen Getafe, el 6 de diciembre, y Levante, el 14 de diciembre. Dos partidos que sirven de precuela para el último partido del año, que será el 21 de diciembre contra el FC Barcelona, finalmente, en el Estadio de la Cerámica.

A priori, el Villarreal llegaría descansado a ese partido ya que tiene una semana entera, sin Copa ni Champions, para descansar, gestionar cargas y pasar por el fisio.

Un partido que, dejando de lado toda la polémica por el partido en EE. UU., puede ser la guinda, el broche de oro que le entregaría al Villarreal el segundo puesto o al Barça la opción de aumentar esa ventaja de tan solo dos puntos que tiene respecto al club 'groguet'.

El reto de la Champions, difícil pero no imposible

Con un pie dentro y otro fuera, el Submarino prefiere ver el vaso medio lleno. Cuatro partidos le separan de la gloria, del logro de mitad de temporada, del trofeo de la perseverancia.

En esta fase definitiva de 2025, los 'groguets' disputarán dos partidos de los cuatro que, sin opción a nada más, deben ganar sí o sí.

Les esperan dos rivales complicados: uno por su calidad y por su localización, contra el Dortmund y en Alemania; y otro contra el Kopenhague, un partido complicado por eso de sentirse Goliat frente a David, pero este es en la Cerámica.

Un punto de partida muy bueno, que puede dar más energías que quitarlas, a pesar de que entre el partido liguero que precede a cada uno de estos dos encuentros haya solo tres y cuatro días, respectivamente.

"La Copa es el camino más corto para el Villarreal para ganar un título"

Así lo expresó Sergi Cardona, lateral del Villarreal, en una entrevista, además de recalcar que ese es su "sueño", celebrar un trofeo con el Submarino.

Un partido cargado de emociones para la familia Pedraza, ya que en este partido, que pondrá cara a cara al Atlético Antoniano y al Villarreal, se destaca porque se enfrentan dos generaciones de esta familia, separadas por 10 años de edad.

El otro lateral del Villarreal, Alfonso Pedraza, dice estar "emocionado" por ver a su sobrino al frente, un jovencísimo delantero de 19 años llamado José.

Una competición menos exigente, tanto por el rival como por el volumen de partidos que supone en esta ecuación, pero que es un escalón esencial para el ánimo del equipo debido a que es una clasificatoria de un solo partido, y una derrota supondría una eliminación innecesaria y un golpe para la moral del equipo.

Una recta final cargada de emociones, sensaciones y, por qué no, redenciones.