CASTELLÓ. Los hitos que consiguió Eduardo Castelló no están al alcance de muchos. Fueron diez las temporadas que el ciclista castellonense se mantuvo activo: de 1964 a 1973. Una década que valió al icónico deportista para presenciar ocho Vueltas a España, tres Tours de Francia, dos campeonatos del mundo y lograr más de una quincena de triunfos, entre ellos el Campeonato de España de fondo en carretera. El 'Mosca', que es así como apodaban al corredor de la Vall d'Uixó, consiguió hacer historia en la provincia en un momento en el que, eso sí, este deporte vivía un momento mucho más dulce que ahora.
No cuenta el ciclismo con tanta proyección ni tanta atención mediática como en tiempos pasados. Así lo siente Javier Abad, periodista y responsable de Política en el periódico Mediterráneo, quien acaba de publicar un libro, Eduardo, Castelló, Mosca i ningú més (Trencatimons, 2022) donde reivindica su figura, pero también la del ciclismo de la provincia.
A lo largo de 400 páginas, Abad recorre carrera a carrera cómo fue su trayectoria y, por lo tanto, permite redibujar diez años de deporte, pudiendo acercar su historia hasta generaciones que ya no lo conocen . "Falta ese referente que enganche a los jóvenes de ahora", asegura el periodista, que aspira a divulgar su importante figura. Y es que a su currículum hay que añadir que Castelló creó también la Escuela de Ciclismo Castellonense. Sin embargo, son muchos los que desconocen la magnitud de su labor.
-¿Qué le ha llevado a escribir un libro sobre Eduardo Castelló?
-Mi familia y la de Eduardo siempre han estado muy unidas. Además, mi padre era un gran aficionado del ciclismo, en general, y de Eduardo Castello, en particular. De todas las carreras que participaba iba recortando noticias de los periódicos y las almacenaba. Hasta que se jubiló y decidió coger todos esos recortes, los ordenó como bien pudo y los pegó en cartulinas conformando cuatro tomos. Cuando Eduardo fallece en 2020, me propuse hacer algo con eso. Empecé a investigar, a meterme en las hemerotecas de los periódicos, donde estaban sus primeras carreras y lo junté con los recortes de mi padre.
Ahora, por desgracia, el ciclismo tiene poca repercusión en los medios de comunicación, pero entonces, en los años 60 y 70, había páginas y páginas dedicadas a ello. Tanto, que al terminar me vi con 300 páginas de libro.
-¿Qué es lo más importante a la hora de construir una biografía?
-Hay que decir que no es una biografía de Eduardo Castelló como tal, es una biografía ciclista. Quitando el primer capítulo, que explica su infancia en su pueblo natal, la Vall d'Uixó, el resto es sobre ciclismo. Pero, lo que hice fue ir año a año, desde el 57 hasta el 73 que finalizó, contando cómo eran las carreras y el papel que él tenía en ellas. Gracias a las crónicas que encontré de la época es casi como si fuera en un coche detrás de él; como si contase la carrera en primera persona.
-¿Es entonces un homenaje en general al ciclismo?
-El libro son tres homenajes: a la figura de Eduardo, a mi padre y al ciclismo de la provincia.
-¿Cree que la figura del ‘Mosca’ merece más reconocimiento?
-El 'Mosca' ha sido el mejor ciclista que ha tenido esta provincia, es indudable, y además también fue uno de los mejores de su época. Fue campeón de Europa de montaña, campeón de España de fondo en carretera. Ha hecho ocho vueltas ciclistas a España, tres tours de Francia, corrió dos mundiales. Esto no está al alcance de muchos. Merecía una biografía ciclista como figura que fue en su época. Mi intención es que sobre todo la gente de Castellón lo tenga en cuenta, porque fue el mejor ciclista de esta provincia.
-¿Es irrepetible? ¿No hay ningún deportistas como él ahora?
-Como diría Bob Dylan los tiempos están cambiando. El ciclismo es un deporte muy sacrificado. Castellón ha tenido buenos ciclistas, pero ahora es verdad que estamos huérfanos de esa figura, de ese nombre. Hay varios, pero faltaría ese referente para que los jóvenes se enganchen a este deporte. Es sacrificado y duro pero también es muy bonito. A mí es uno de los que más me atrae, aunque todo el mundo diga que el tour de la tarde es para aprovechar y dormir la siesta. El ciclismo es de los más bellos deportes que existen.