VALÈNCIA. La proliferación de los negocios electrónicos ha favorecido la internacionalización de las empresas españolas. Jorge Alvar Villegas, director general de Transformación Digital, Información y Estrategia en ICEX, el organismo público de apoyo a la internacionalización empresarial, estima en torno a 158.000 el número de empresas españolas que en este momento están exportando mercancías y servicios.
El cálculo no es fácil. Muchas se anotan el tanto de la internacionalización por el mero hecho de recibir de vez en cuando pedidos de fuera. Pero aquí lo que importa no es exportar de forma reactiva, como una oportunidad ocasional, sino integrarlo en la estrategia de la compañía para hacerlo de forma regular y consolidarse en nuevos mercados. La ventaja, como señala Alvar, es que de esta forma “las empresas se hacen más productivas, pagan más y resisten mejor las crisis”.
Siguiendo esta senda, el número de empresas nacionales que exportan anualmente mercancías ha aumentado un 50% durante los últimos años. Según el Índice de Solidez de la Internacionalización (ISI), elaborado anualmente por amec, dicho indicador de la economía española se situó en 7,03 puntos sobre 10 en 2024. “Las empresas han aprendido a navegar con criterio. Han ganado músculo internacional gracias a su gran capacidad de anticipación y adaptabilidad, dos factores clave de competitividad empresarial”, declaraba Joan Tristany, director general de amec, tras conocerse estos resultados.
Mercados de destino
En cuanto a los mercados preferidos, Europa sigue siendo el bloque geopolítico por el que suelen empezar a abordar las empresas nacionales sus procesos de internacionalización siendo Francia, Alemania e Italia los principales destinos seguidos de Portugal y Reino Unido. Más allá del territorio comunitario, EE.UU desempeñaba un papel predominante en nuestro comercio exterior, cada vez más menguante debido a la subida arancelaria de Donald Trump. En contraprestación, el Gobierno de la nación ha reforzado la cooperación con China para abrir nuevas oportunidades de negocio e inversión.
No obstante, tanto EE.UU como Asia -principalmente la oriental- continúan siendo la asignatura histórica pendiente de nuestro comercio exterior teniendo en cuenta que hablamos de las dos economías más relevantes en el momento actual.
El emprendedor alicantino Javier Torá Mira, fundador y CEO de Elegant Supreme, hace años que, a título personal, trata de estrechar las relaciones comerciales entre España y China, país en el que está asentado convencido de que el liderazgo de la industria reside en este país. Allí preside la Cámara de Comercio de España en el sur de China y fundó el Club de Empresarios Españoles en Cantón. “Para jugar en el primer nivel, hay que estar en un ecosistema de primer nivel. Por eso animo -y es algo que se ha vuelto una gran motivación personal- a los empresarios españoles a que no pierdan la oportunidad de hacer crecer sus negocios no solo dentro de nuestras fronteras, sino también fuera”, sostiene.

Internacionales desde el minuto 1
En lo que respecta a las startups, ellas mismas suelen atribuirse ya por defecto el componente global casi desde el origen en aras de la escalabilidad. Que luego lo consigan o no es otra cosa, pero gran parte de los fundadores cuentan con trayectoria profesional o académica previa en el extranjero. Juan de Antonio, fundador de Cabify es uno de los que recoge en su currículum su paso por la Universidad de Stanford, donde cursó un MBA durante dos años después de haberse licenciado en Telecomunicaciones por la Universidad Politécnica de Madrid. La empresa, nacida en Madrid en 2011, está ya presenta en seis países y más de 40 ciudades. El mercado latinoamericano ha sido el elegido para su expansión internacional.
Otra empresa que se jacta de crecer más fuera que dentro es CounterCraft, compañía española de ciberseguridad con sede en San Sebastián. Además de haber mantenido relaciones con el Departamento de Defensa de EE UU., lo que supone catapultar su tecnología a escala mundial, David Barroso, CEO de la organización, aseguraba hace unos meses que el 80% del volumen de su facturación procede del mercado exterior, el 70% del mismo de la industria de defensa.

Y aunque la recepción de pedidos no deba marcar una estrategia de internacionalización, sí que puede servir para orientar a una compañía sobre los mercados en los que encaja mejor su propuesta de valor. Así lo han entendido al menos en Siroko, una empresa asturiana de ropa deportiva y accesorios, con presencia en más de 40 países. Entre otras cosas, la marca ha ganado notoriedad gracias a sus colaboraciones y patrocinios deportivos, entre ellos el de Los Ángeles Lakers de California en 2024. La venta online reveló que, después de España, Alemania era el país en el que mejor se vendía su producto, así que empezaron a escalar por ahí para seguir por Francia, Italia, Polonia, Austria, Estados Unidos, Inglaterra… Además del ecommerce, Siroko cuenta con tiendas físicas propias. Con esta estrategia estaban seguros de poder cerrar el año 2025 con 60 millones de euros facturados.

Otra peculiaridad es que todo esto lo ha conseguido Siroko a pulmón, sin requerir financiación externa, cuando lo habitual en las startups es acudir a rondas para saltar fronteras. Valga el ejemplo de Shakers, la plataforma de freelance que hace solo unos días anunciaba el desembarco en Portugal tras cerrar una ronda seria A por valor de 14 millones de euros.

Principales errores
En cualquier caso, dar el salto al mercado exterior siempre es arriesgado. Entre los principales errores que resalta Jorge Alvar se encuentran: Falta de estrategia, es decir no reflexionar sobre el propósito y los objetivos de la internacionalización; desconocimiento de procedimientos; manejo inadecuado de riesgos; desconocimiento de normativas y usos/costumbres en el mercado de destino; falta de protección de la propiedad intelectual y mala gestión del marketing. Para facilitar el proceso, el ICEX acaba de lanzar un nuevo portal con funcionalidades de inteligencia artificial y un servicio personalizado de apoyo a las empresas españolas.