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DESARROLLARÁ UN PROYECTO PARA EL SECTOR DE LAS FRITAS CON ESTE COMBUSTIBLE RENOVABLE

La patronal esmaltera pasa a la acción: investigará la transición de sus hornos al hidrógeno verde

  • Foto: CARLOS PASCUAL
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CASTELLÓ. La transición energética es uno de los principales retos de la industria cerámica por diferentes motivos: por una descarbonización progresiva que exigen cada vez con mayor insistencia las autoridades europeas en la industria, pero también para conseguir autonomía, un horizonte que se ha revelado esencial tras la invasión rusa de Ucrania y la consiguiente subida de precios en la energía. Y progresivamente el clúster azulejero da pasos para esa reconversión, que se antoja una costosa quimera.

Las azulejeras exploran, en ese sentido, alternativas al gas natural que hasta ahora han empleado en los hornos de cocción. Una búsqueda que por el momento sólo ha encontrado en la electricidad una tímida respuesta, si bien exige inversiones importantes en la renovación de los hornos así como un refuerzo de las redes eléctricas. Y aún así, las prestaciones de los hornos eléctricos todavía no son las mismas que las del gas. Un panorama que dificulta esta transición pero que plantea  otras posibilidades como la del hidrógeno, y en el camino hacia la sostenibilidad, el hidrógeno renovable.

En esa línea, ya se han emprendido algunas experiencias que pueden abrir un camino en el sector, como la de Pamesa con la implementación de un centro de producción de hidrógeno renovable -utilizando energías renovables en el proceso de electrólisis- en una de sus atomizadoras. El reto es, si este camino es rentable, extenderlo al resto de la cadena productiva. Y en ese sentido, no sólo los fabricantes de azulejo y baldosas cerámicas tienen algo que decir, sino también en el subsector de las fritas y esmaltes, donde podría decirse que esta transición es más embrionaria.

Foto: CARLOS PASCUAL

En ese sentido, la patronal de esmalteras y fritas, la Asociación Nacional de Fabricantes de Fritas, Esmaltes y Colores Cerámicos (ANFFECC), ha dado un paso al frente en la investigación de esta fuente de energía en sus procesos productivos con un proyecto experimental que desarrollará en los próximos dos años y en el que invertirá 2,1 millones de euros. Sobre la iniciativa se conoce una explicación somera: la idea pasa por implantar dentro de una planta de producción, un nuevo sistema de hornos y quemadores para fritas que funcionen, al menos parcialmente, con hidrógeno verde.

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