La divisa estadounidense se fortaleció el jueves, recuperándose de las pérdidas previas y deteniendo una caída de tres días. Este movimiento se vio favorecido por unos indicadores económicos mejores de lo esperado, que señalaron la resistencia de la economía estadounidense a pesar de las persistentes preocupaciones fiscales.

Los datos del índice PMI de mayo sorprendieron al alza, ya que tanto el índice manufacturero como el de servicios subieron hasta 52,3 y apunta a una modesta expansión de la actividad empresarial.

Sin embargo, el informe también mostró la mayor subida de los precios de producción desde agosto de 2022, con las empresas citando los aranceles como principal motor inflacionista. Esta dinámica inflacionista podría alimentar las expectativas de una política monetaria más cauta e impulsar al billete verde.

Por su parte, las peticiones iniciales de subsidio de desempleo bajaron a 227.000, desafiando las expectativas de un aumento y reforzando la opinión de que el mercado laboral se mantiene estable. Sin embargo, las peticiones continuas subieron a 1,903 millones, lo que sugiere cierta fricción en el reempleo.

A pesar de estos datos alentadores, el ánimo de los inversores sigue siendo frágil. Se espera que la Cámara de Representantes vote el controvertido plan fiscal del presidente Trump, que se prevé que añada billones al déficit federal durante la próxima década. Es probable que esta incertidumbre pese sobre la divisa, limitando potencialmente cualquier ganancia.

De cara al futuro, todas las miradas se centran en el discurso del presidente de la Fed, Jerome Powell, el domingo, que podría proporcionar nuevas pistas sobre la trayectoria de la política monetaria del banco central en medio de señales de inflación y fiscales contradictorias.