CASTELLÓ. A lo largo de la historia muchos atletas se han despojado de sus zapatillas para competir en carreras de larga distancia (y no tan largas), suprimiendo así lo que se considera un complemento básico para correr. Los ejemplos son muchos, desde Abebe Bikila, que en los Juegos Olímpicos de 1960 se colgó el oro en Roma tras recorrer 42 kilómetros descalzo y que, además, estableció el entonces récord mundial de maratón en 2 horas, 15 minutos y 16 segundos, hasta Douae Ouboukir, la atleta marroquí que ganó el Campeonato de Cataluña de cros celebrado el pasado febrero en Santa Cristina d'Aro.
Esta tendencia ha calado entre muchos aficionados al running, hasta el punto de que cada vez es más habitual ver atletas populares descalzos por las ciudades e incluso en carreras de montaña.
Entre ellos está el castellonense Xavier Gil, de 28 años, que no solo corre descalzo, sino que puede presumir de que ganó la primera edición del Campeonato del Mundo de Carrera Descalcista que se celebró en Oropesa del Mar en 2018, aunque él le resta importancia: "Era un encuentro entre descalcistas pero no era oficial. Mundial no fue mucho porque casi todos éramos españoles... había alguno de fuera. Eso fue hace tres años y al año siguiente se hizo otra vez. La primera sí que gané y la segunda quedé tercero".
Remedio contra el dolor
Xavier probó suerte con el descalcismo, allá por 2016, para reducir el dolor que sentía al correr. Las dolencias en sus tibias fueron lo suficientemente importantes como para tirarse a la piscina y quitarse las zapatillas. Y le funcionó.
"Cuando corría calzado me dolía el tibial, tenía muchas molestias. El entrenador me decía que ya me acostumbraría, pero yo no lo tenía muy claro. Luego me informé, investigué y me topé con el descalcismo. Pensé, venga, voy a probar, y ahora ya llevo cinco años".