CASTELLÓ. El escritor y político valenciano Jesús Huguet llegó a acuñar la casa de Manuel Safont como un "refugio en tiempos difíciles". Y es que a pesar de vivir en plena dictadura franquista, el pintor y ceramista castellonense ejerció en muchas ocasiones como anfitrión de un grupo de inquietos que anhelaban la libertad artística, y también ideológica, que se respiraba en otras partes de Europa. El matrimonio Safont acogía a personalidades tan destacadas como Josep Renau o intelectuales de la talla de Joan Fuster o Vicent Pitarch. Unos encuentros de los que acabarían naciendo iniciativas como Amics del Museu, revistas como Panderola y proyectos expositivos como el de La Saleta y sus eventos en torno al 'Arte castellonense de hoy', que llegó a abarcar hasta ocho ediciones (1972-1983).
Safont era refugio, y también resistencia, ya que en 1968 creó el Museo de Cerámica de Onda y animó a numerosos artistas para que aportasen piezas a los fondos del ente. Algo que con el tiempo se tradujo en un prestigio personal y en inspiración para las nuevas generaciones de artistas que vieron en él una especie de ideólogo. "Un amplio número de artistas nacidos en los cuarenta comenzaron a producir sus obras tocados por ese ambiente de anhelos de libertad y democracia", explica Silvia Tena Beltrán, doctora en Historia de Arte.
Pero, antes de que esta apertura llegará a la provincia, fueron muchos los años en los que la sociedad padeció una especie de aislamiento cultural propiciado por la dictadura. Lo recuerda y explica Silvia Tena en su libro Abstracción pictórica y cultura artística en Castellón bajo el franquismo (1940-1980). Un estudio que, centrado pues en esta corriente artística, ha sido editado por la Universitat Jaume I y cuenta con el prólogo de otra figura destacada de la época como es Wences Rambla.