CASTELLÓ. Ayer se conmemoraba el Día contra el Cáncer de Mama. Castelló vivió una marea rosa con una masiva marcha que recorrió la ciudad para finalizar en el Parque Ribalta. Eran centenares de personas, mayoritariamente mujeres, las que se sumaron a esta jornada de lucha y visibilización del cáncer de mama que afecta cada vez a más mujeres y a edades más jóvenes. Tras la alarmante y grave situación que están sufriendo las mujeres en Andalucía, en varias comunidades autónomas se está denunciando una realidad similar con respecto al cribado de aquellas pacientes que tuvieron datos negativos en una mamografía y que viven la desesperación de la espera, cada vez más lenta, de una segunda prueba.
En el país valenciano, durante el año 2024, la realización de mamografías, en el proceso del cribado, han registrado una reducción de 12.000 mamografías menos. No son números solamente, son mujeres que sufren la incertidumbre de no ser reclamadas, de esperar una llamada que no llega. En las comarcas castellonenses, según datos aportados por el diputado autonómico portavoz socialista de Sanidad, Rafa Simó, más de 10.000 mujeres, una de cada cinco, no han sido convocadas al cribado del programa de prevención de cáncer de mama, además hay 10.262 mujeres que no se han realizado aún la mamografía a pesar de estar incluidas en el programa. En total, se han quedado fuera de las revisiones preventivas 20.714 mujeres, casi un cuarenta tres por ciento de las que tenían que haber accedido a las pruebas.
En cuanto al territorio autonómico, más de 90.000 mujeres no han sido citadas para las pruebas de cribado durante un año, el 2024. Frente a estas cifras, se ha disparado más de un 30% las pruebas realizadas en la sanidad privada. Esto puede parecer una decidida privatización del programa de prevención del cáncer de mama, una decisión que se repite en otras comunidades autónomas, la mayoría gobernadas por el PP. La sanidad pública valenciana precisa mejoras, transparencia, y no puede ser que se dedique a la exclusión de las mujeres.
El tema es alarmante, lógico. En cuanto se produzco esta noticia y se aportaron estos datos, las mujeres hemos revisado los papeles de la Conselleria de Sanitat para confirmar la tranquilidad de haberlos recibido en tiempo y forma. Porque la intranquilidad ha crecido, la desconfianza y la incerteza de las mujeres. Con esto no se juega. Con la salud de las mujeres y de toda la ciudadanía no se juega ni debe convertirse en un negocio. Ayer, mientras seguía la marcha contra el cáncer de mama en Castelló, pensaba en esta situación de la que depende la vida de las mujeres afectadas por el cáncer.

Foto: Paul den Hollander
La lenta movilidad de mi vecina Carmen no le permitió seguir la marcha de ayer, pero esperamos en la calle Zaragoza para verla llegar al Parque Ribalta. Carmen ha superado un cáncer de mama, hace años, y es muy receptiva y sensible a esta causa. De hecho, ella me avisó que había escuchado en la radio una noticia sobre los problemas que se han ido detectando durante los últimos días en el proceso de cribado en Castelló. Es tremendo que aquí nos esté pasando lo mismo que en Andalucía. Y cunde el miedo. Y la desconfianza.
Ayer comimos ensaladilla rusa, que sigue apeteciendo, y un guiso que bordó Carmen de rape con verdura y gambas. El postre que llevé volvió a ser el famoso tiramisú de La Dinada. Y, como siempre, comimos como dos reinas, pero muy cabreadas con la situación que ha provocado el gobierno autonómico. Y frente a los obstáculos sanitarios que encuentran las mujeres en la prevención del cáncer de mama, hemos visto, la pasada semana, que siguen los rezos de los grupos católicos y ultras frente a una clínica privada que practica legalmente interrupciones del embarazo. Si ya es una difícil decisión para las mujeres, lo grave es tener que soportar tanta intimidación y acoso ante un derecho legal.
La sobremesa que ayer vivimos estuvo encendida. Israel está incumpliendo el “acuerdo de paz” con nuevos bombardeos en Gaza y más muertos palestinos, además de impedir que los camiones cargados con ayuda humanitaria lleguen a esta población. La situación en Gaza es muy frágil. Y Netanyahu, además, sigue batallando para colgarse la medalla y reescribir la historia, según denuncia el periódico israelí Haaretz. Y Trump, mientras, continúa con su cruzada de líder global, trabajando su idolatría y enfrentando manifestaciones masivas en EEUU contra su totalitarismo.
Buena semana. Buena suerte.
No se olviden de Gaza, ni de Cisjordania.