Opinión

OPINIÓN

Que la accesibilidad del nuevo Mercat Central de Castelló sea para todas las personas con discapacidad

El espacio castellonense, anticipadamente a su remodelación dentro de unos meses, ha recibido el Premio Metrae

Publicado: 21/10/2025 ·06:00
Actualizado: 21/10/2025 · 06:00
  • La fachada del Mercado Central que da a la plaza Mayor.
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CASTELLÓ. Decía el polifacético Aristóteles (384 / 322 a. C.) que “los hombres no han establecido la sociedad solamente para vivir, sino para vivir felices”. Y el pensamiento y el legado de estos sabios, por su valor y verdad, perdurará hasta la apocalipsis final. Y vivir felices significa que pasito a pasito, más de 2.000 años después de la sentencia del griego, sigamos buscando fórmulas para que nuestro bienestar social aumente y, con él nuestra felicidad. Sobre todo, que todos y todas podamos disfrutar en nuestros entornos vivenciales de las mismas cosas sin exclusiones imperativas. Máxime, cuando estos tengan un carácter público financiado con el dinero de todos que, aunque venga de Europa, de todos es.

Por eso, es una gran noticia, que redundará en beneficio de todos los castellonenses y particularmente de las personas con discapacidad y/o movilidad reducida, que el Mercat Central de Castelló, anticipadamente a su remodelación dentro de unos meses, haya recibido el Premio Metrae 2025 “al mejor proyecto de Sostenibilidad Colectiva por su compromiso con la accesibilidad universal y la inclusión de todos los públicos, convirtiéndolo en el primer mercado de España en cumplir la normativa europea y estatal en accesibilidad cognitiva”.

Otro gran premio y reconocimiento allende nuestras fronteras que se une al que ya recibió Castelló, siendo alcaldesa Amparo Marco, como segunda Ciudad Accesible 2020 de la Unión Europea. Y todo suma para avanzar en ese camino de la utopía de que, alguna vez, no existan barreras de ningún tipo para ningún tipo de discapacidad. 

Y aquí quiero abrir un paréntesis. Espero y deseo que en el caso del nou Mercat Central, una de las joyas económicas y de encuentro social de nuestra ciudad, la actual alcaldesa, Begoña Carrasco, esté atenta permanentemente a la ejecución de las obras para que ningún técnico municipal frustre las expectativas de las personas con discapacidad, en cuanto a la aplicación de una auténtica accesibilidad universal inclusiva y no restrictiva como se hizo con la peor de las chapuzas en el diseño del centro cultural Menador, construido bajo mínimos de accesibilidad y a la que, vergonzosamente, no fueron ajenos la UJI y la anterior Corporación.

Pero volviendo al ilusionante proyecto del Mercat, también espero que además de ser un ejemplo para la inclusión de personas con discapacidad cognitiva, con información clara y en lectura fácil, señalización sencilla y estandarizada, los pictogramas indicativos etc., se cuide también la inclusión de personas con discapacidad sensorial, como ciegas y sordas, con las correspondientes necesidades que les den autonomía. En el primer caso, señalética en braille y alto contraste; pavimentos podotáctiles, incluso anuncios de ofertas y productos con una megafonía agradable al ambiente. Y, en el segundo caso, sistema de bucles magnéticos en puntos de información; cintas luminosas lectoras de ofertas y productos, etc. Dejo para lo último la accesibilidad para persona con discapacidad física porque, por suerte para muchos y muchas, la eliminación de barreras arquitectónicas siempre ha sido lo primero. Ahora bien, como antes hacía referencia al Menador, sin descuidarla, mimándola también en la suavidad de las rampas; los servicios adaptados, el acceso a ascensores, etc.

Y al respecto, dos reivindicaciones: La primera, por favor, aprovechando la coyuntura, que el vetusto ascensor que comunica el parking de Santa Clara con el Mercat sea sustituido por uno más decente que permita a una silla de ruedas girar dentro de la cabina; y la segunda, que los proveedores del Mercat no ocupen con sus vehículos los aparcamientos destinados a personas con discapacidad como si fuese un vado de carga y descarga.

En definitiva de lo que se trata, siguiendo la recomendación de la OCDE, es adecuar las ciudades a las necesidades humanas y procurar la autonomía e independencia a las personas con discapacidad para que puedan valerse por sí mismos, sin necesidad de terceras personas. En eso, como decía Aristóteles, consiste el vivir felices.

Carlos Laguna es periodista y ex diputado en Les Corts.

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