CASTELLÓ. La vida me regaló ayer, un paseo de la alegría. Mi perro pudo corretear, a su ritmo, y caminar sin tropiezos ni caídas debido a su artrosis creciente. Pancho era feliz. No sé por cuanto tiempo, por eso aprovechamos cualquier instante de bondad con su cuerpo canino. El Parque Ribalta de Castelló era ayer, domingo, un remanso de paz primaveral, con los primeros calores filtrándose entre las ramas de los enormes árboles. Como todos los días, nuestros paseos son reflexivos, sosegados, centrados en el camino y sus obstáculos. Y pensamos, y sentimos. Estoy segura de que Pancho siente conmigo. Y yo, con él.
Esta semana pasada se han encendido algunas luces sobre el genocidio de Netanyahu contra Gaza que se ha convertido en el más grande campo de exterminio. Han sido luces tímidas y tardías desde los poderes europeos. Han sido, también, luces destacadas y sorpresivas desde la Conferencia Episcopal. La Iglesia española ha calificado de limpieza étnica las malditas acciones que está cometiendo Israel en Gaza. Además, exigen que los dirigentes de los Estados “sigan imponiendo sanciones a los acuerdos con quienes no respetan el derecho internacional humanitario y cese el rearme, con un embargo militar integral, en búsqueda de una paz desarmada y desarmante”, según ha informado Jesús Bastante en religiondigital.org.

- Muro de Israel en la ciudad ocupada de Belén, Cisjordania -
- Foto: AP
La Comisión General de Justicia y Paz de los obispos españoles insiste en que hasta que no haya una paz firme y duradera “nuestro silencio no puede ser cómplice de tantas guerras activas. En Gaza, las personas mayores, menores y familias supervivientes están ya muriendo de hambre”. Con este duro comunicado la Iglesia española exige que se dé fin a la guerra en Gaza, y se inicie la reconstrucción de las infraestructuras para una vida digna del propio pueblo palestino en su territorio, hasta consolidar una Paz con Justicia y reparación”.
Junto a la inusual respuesta de la Iglesia, ya hay varios países planteándose sanciones al gobierno de Netanyahu, revisiones de acuerdos laterales, y posibilidad de romper relaciones diplomáticas con Israel si no cesa el genocidio y la ocupación de Gaza. Hace unos días, Jenin, en Cisjordania, recibía una delegación de diplomáticos europeos que fue intimidada con disparos del ejercito israelí. Jenin es un municipio pionero en Palestina, gestionaba, hace más de diez años, un proyecto industrial mixto, junto a un municipio israelí cercano. Es una ciudad castigada especialmente por Netanyahu con decenas de personas asesinadas en estos últimos meses. El motivo del primer ministro, en busca y captura por el Tribunal Penal Internacional, es la presencia de Hamás en Jenin, en los territorios ocupados de Cisjordania.

- Los campos de exterminio -
- Ilustración: Arthur Heras
Hace unos días, la pediatra Alaa al Naijar sufrió la muerte de nueve de sus diez hijos tras un bombardeo israelí en Gaza. Solo sobrevivieron su marido, también doctor, y un hijo que están gravemente heridos. La pediatra se encontraba trabajando en el hospital al-Tahrir, atendiendo a las víctimas de los constantes ataques israelíes, cuando recibió los cuerpos de sus hijos. Mientras, la ONU advierte que 14.000 niñas y niños pueden morir en pocos días por la hambruna que está provocando Israel al dificultar e impedir la llegada de alimentos y ayuda humanitaria.
¿Qué más tiene que pasar para que los gobiernos internacionales abandonen su pasividad y silencio?. ¿Qué más tiene que pasar para que tomemos masivamente las calle denunciando el tremendo genocidio y exterminio de una población?
No sirven ya las excusas del terrorismo, Israel ha sobrepasado todos los límites. Hay un exceso de distorsiones entre las distintas visiones sociales y políticas de lo que está pasando en Gaza. No es una cuestión política, es una cuestión de ética y Derechos Humanos. La derecha y su ultraderecha deberían centrarse en la realidad, en la vedad, en los hechos, y dejar de jugar con las palabras para atizar al contrario sin razón. Es surrealista lo qué está sucediendo. Cada día que pasa se hace más urgente que el mundo grite unánimemente contra el exterminio de Gaza. Que el mundo pase a la acción.

Con la tristeza y la rabia a cuestas, ayer volvimos a comer. Mi vecina Carmen y yo, muy cabreadas por las incesantes noticias sobre tanta ignominia. Comimos, conscientes de que somos privilegiadas al tener un plato en la mesa, una ensalada de pasta, berenjenas al estilo palestino y tarta de queso. Carmen no entiende que el PP y Vox sigan defendiendo a Israel, incluso piensa que Netanyahu podría estar detrás del atentado mortal contra los dos empleados de la embajada de Israel en Washington. Malpiensa ante la caótica realidad que nos envuelve, destacando que no estamos en contra del judaísmo, ni somos terroristas por defender al pueblo de Gaza. No es una guerra ni un conflicto. Es un genocidio. Que dejen de enredarnos con tanta manipulación de las palabras.
Hemos reanudado nuestros encuentros para brindar por la vida y la esperanza del pueblo palestino, por la tierra que les pertenece, por el futuro que les pertenece. Ya no es posible soportar tanta muerte, destrucción, masacre, hambruna y exterminio.
Buena semana. Buena suerte.