CASTELLÓ. Acostumbrados a poner su música para documentales, películas o spots publicitarios, de marcas como Volkswagen o Porsche, desde el estudio alemán Parka Sound decidieron que ya era hora de darle una vuelta de hoja a su trabajo e invirtieron este proceso. ¿Por qué no seleccionar 30 segundos de sus sesiones e invitar a diferentes creadores a que les pusieran imágenes? Aunque es una práctica bastante usual a la hora de concebir, por ejemplo, videoclips, no lo era en su rutina de trabajo y menos aún manejando obras de tan pequeño formato. Por eso se animaron a crear lo que han llamado como 'Parka Lab', un proyecto de colaboración entre músicos y directores de cine que ya va por su tercera edición.
"Queríamos volver a sentir esa emoción que se tiene cuando tu música se convierte en una obra mayor. La misma emoción con la que un grupo puede recibir un videoclip. Ahora sentimos esto 8 veces durante 8 semanas, porque es la cantidad de colaboraciones que gestamos en cada temporada", explica Alberto Rodilla, valenciano instalado en Berlín desde hace años. Así mismo, lo que más les interesaba de poner en marcha esta iniciativa es la posibilidad que les brinda de trabajar con creadores que de otra manera probablemente no se daría la oportunidad. "Siempre estás a la expectativa de ver si el destino te juntará con gente con la que has coincidido o artistas que te interesan mucho. Esto era una forma de crear una plataforma sin necesidad de que hubiera un cliente de por medio. Es sencillo, divertido y totalmente independiente de cualquier tipo de marca".
Por esto mismo, una idea que comenzó entre compañeros del pasado, ha ido creciendo y ya son muchos quienes contactan directamente con Rodilla y su equipo para formar parte de 'Parka Lab'. "Quizá lo que más atractivo le parezca a la gente es precisamente la duración de las piezas. Los 30 segundos era la regla clave del proyecto. Le dimos vueltas, porque en los tiempos que corren al final donde mayor exposición va a tener una creación es en Instagram. Y aquí todos sabemos que las publicaciones no pueden ser de más de un minuto y si son stories de más de 15 segundos. Pero además, teníamos que valorar una longitud que fuera factible para que la gente no entendiera esto como un trabajo, sino como un ejercicio para divertirse. No podían entenderse como cortometrajes", explica el músico. "Son 30 segundos que aunque no pueden contar mucho, hablan de cada creador. Cada uno es distinto. Nosotros lo recibimos más como fans que como co-creadores del contenido".