CASTELLÓ. La presión sobre el mercado del alquiler en la provincia de Castellón continúa en niveles muy elevados. Cada vivienda que se pone en alquiler recibe, de media, 34 solicitudes en apenas diez días, según los últimos datos del Observatorio del Alquiler, correspondientes al tercer trimestre de 2025. El indicador, que mide el número de personas que contactan con un propietario o agencia por un mismo inmueble, refleja una alta competencia entre potenciales inquilinos y un mercado crecientemente tensionado.
La provincia se sitúa así entre los territorios con presión elevada, junto a Murcia, Toledo o Navarra, aunque todavía lejos de los grandes focos urbanos donde la situación es crítica, como Barcelona (444 interesados por vivienda), Girona (140) o Las Palmas (130).
La evolución de los últimos años muestra, sin embargo, una tendencia clara al alza. En 2019, la presión era de apenas 7,4 demandantes por vivienda, un nivel que se mantuvo relativamente estable hasta 2022 (10,1). El primer punto de inflexión llegó en 2023, con 21 interesados por inmueble, y el repunte ha sido especialmente intenso este año: de 15 en el primer trimestre a 34 en el tercero, lo que supone multiplicar casi por cinco la presión previa a la pandemia.
El barómetro constata que, pese a cierta estabilidad de la demanda respecto al trimestre anterior, el número de personas que buscan alquilar sigue muy por encima de la capacidad del mercado para absorberlas. El resultado es un desequilibrio estructural entre oferta y demanda que continúa presionando al alza los precios y agravando las dificultades de acceso a la vivienda.
La oferta cae y el precio repunta
A nivel nacional, el informe estima que la oferta de viviendas en alquiler se reducirá un 3% al cierre de 2025, con unas 696.000 unidades comercializadas frente a las 717.000 de 2024. En la Comunitat Valenciana, la tendencia también es descendente, especialmente en Valencia (-4,7 %) y Alicante (-3,9 %), mientras que Castellón mantiene cifras similares, aunque sin señales claras de recuperación.
Si se analiza la evolución a medio plazo, la oferta de arrendamientos en la provincia se ha reducido un 33% en seis años, al pasar de 11.142 viviendas en 2019 a 7.465 en el tercer trimestre de 2025. Esta caída, unida al aumento constante de la demanda, explica la elevada competencia entre inquilinos y la rápida absorción de los inmuebles disponibles.
El precio medio del alquiler sigue la misma senda: ha pasado de 529 euros mensuales en 2019 a 721 euros en el tercer trimestre de 2025, lo que supone un incremento del 36%. Aunque Castellón continúa en la franja media-baja del país, el ritmo de crecimiento evidencia un mercado cada vez más tensionado, incluso en territorios donde tradicionalmente el alquiler era más asequible.
El mercado del alquiler en Castellón se ha bifurcado entre dos realidades opuestas: la de quienes ven la vivienda como una oportunidad de inversión y la de quienes, aun con rentas medias, encuentran cada vez más difícil acceder a un alquiler estable. La rentabilidad del arrendamiento ha impulsado la compra de inmuebles destinados al alquiler, en muchos casos por habitaciones o de corta estancia, una fórmula más lucrativa para los propietarios, lo que ha reducido la oferta de vivienda residencial tradicional. Esta tendencia, unida al descenso general del parque disponible y al encarecimiento de los precios, ha tensionado el mercado hasta niveles inéditos, dejando fuera a buena parte de la población que busca un hogar en condiciones asequibles.
Una tendencia que preocupa a los expertos
El informe del Observatorio alerta de que la escasez de oferta seguirá siendo el principal problema del mercado del alquiler en España. Los analistas apuntan a diversos factores: la conversión de viviendas al uso turístico, la incertidumbre normativa, y la falta de incentivos para que los propietarios mantengan sus inmuebles en el mercado residencial.
En paralelo, la demanda continúa creciendo, impulsada por el encarecimiento de la compra y por un cambio cultural que lleva a más hogares jóvenes a optar por el alquiler como primera vivienda. Según el último Barómetro del CIS (octubre de 2025), el acceso a la vivienda se ha convertido ya en el principal problema del país para el 37,1% de los españoles, por delante incluso de la situación económica o la sanidad.
En este contexto, Castellón muestra un comportamiento más estable que las grandes capitales, pero no exento de tensiones. El indicador de 34 interesados por vivienda supera ampliamente los valores considerados normales y sitúa a la provincia en un rango de presión alto, donde la competencia entre inquilinos es intensa y la rotación del parque de alquiler es muy limitada.
Los expertos del Observatorio advierten de que, si la tendencia de caída de oferta se mantiene, la presión podría aumentar de nuevo en 2026. La estabilización del precio dependerá, subrayan, de la capacidad de los hogares para asumir rentas que en algunos casos ya absorben hasta el 40% de los ingresos familiares.
El tercer trimestre de 2025 consolida las tendencias observadas durante los últimos años: un mercado tensionado, con oferta escasa, demanda persistente y precios al alza. En el caso de Castellón, los valores no alcanzan los extremos de los grandes mercados metropolitanos, pero el aumento de la presión y la pérdida de oferta confirman que la provincia no es ajena a la crisis del alquiler que afecta al conjunto del país.