CASTELLÓ. La descarbonización es uno de los principales desafíos del sector cerámico para los próximos años. La Unión Europea se ha marcado una transformación de la industria del continente con el objetivo de reducir sus emisiones de CO₂ y disminuir su dependencia energética. El sector muestra su preocupación ante los costes económicos que acarrea este proceso y el poco desarrollo de las tecnologías disponibles, pero la industria ya ha iniciado un camino incipiente. El XVIII Congreso Internacional del Técnico Cerámico ha expuesto esta realidad y, según el director de empresas de energías renovables (Avaesen), Pedro Fresco, la electrificación es la opción más madura para la transición energética del azulejo.
Fresco ha realizado la conferencia inaugural de la jornada, con el título “El sector cerámico ante el Clean Industrial Deal”, la hoja de ruta trazada por la Unión Europea para que la industria del continente reduzca un 90 % sus emisiones en el horizonte de 2040, disminuya su dependencia energética y gane competitividad. El responsable de Avaesen ha explicado los efectos del nuevo marco regulatorio europeo, los retos energéticos y las decisiones estratégicas que el sector debe afrontar para seguir siendo competitivo, y ha resaltado las fortalezas de la electrificación como fuente de energía sustitutiva en la industria cerámica, que se conseguiría a través de energías renovables.
Así, ha señalado que las otras dos opciones -el biometano y el hidrógeno verde- presentan en estos momentos más problemas que la electrificación. En el primer caso, afirma que aunque su aplicación es fácil, ya que reemplaza al gas natural, su precio es elevado y es un recurso escaso; mientras que el hidrógeno verde, añade, “no acaba de funcionar”. En cambio, la electrificación directa “es más eficiente y económica que el hidrógeno y no tiene las limitaciones del biometano”.
Los primeros pioneros de la electrificación
El director de Avaesen ha explicado que el azulejo es una industria que se encuentra en una situación intermedia en la UE respecto al reto de la descarbonización y ha reiterado que, si se desarrolla “una red eléctrica con criterio” y se aplican “ayudas públicas valientes”, el sector puede acercarse bastante a los objetivos marcados para 2040.
Ha afirmado que en la electrificación se está ahora en la fase de los primeros pioneros, con la puesta en marcha de unos primeros hornos eléctricos y la planificación de nuevas instalaciones. A su juicio, cuando estos primeros equipos se consoliden, la tecnología se expandirá hacia el resto de empresas.
Por otra parte, Fresco ha indicado que la reducción de costes de transporte y de la carga fiscal es clave para favorecer la electrificación y, en este sentido, ha considerado que la Generalitat debería declarar la provincia zona de prioridad energética para acelerar esta transición.
