CASTELLÓ. Unides Podem-EU, la formación que más se ha opuesto a la apertura de nuevas casas de apuestas, ve muy complicado evitar que abra el negocio que ha alzado el malestar vecinal en el Raval Universitari. El concejal en Castelló y secretario general de la formación política en la ciudad, Fernando Romero, afirma que la empresa "pidió la licencia en plazo" antes de que entrase en vigor la moratoria que desde el 1 de enero suspende la apertura de nuevos locales, "por lo que poco podemos hacer", confirma la diputada autonómica de la coalición, Irene Gómez.
Así, aunque desde la formación tratarán de "evitar su apertura", indica Romero, las posibilidades son escasas. De momento, el Frente Obrero, junto a Iai@flautas Castelló y la asociación de vecinos del barrio, ha organizado para este domingo un nuevo acto reivindicativo contra el local de juego, planteado a 200 metros de la UJI, a 350 del colegio Vicent Marçà y a 600 del IES Bovalar y del CEIP Manel Garcia Grau.
De esta manera, el local puede pasar a engrosar la lista de 27 salones de juego, 9 locales de apuestas y 1 casino que a 1 de enero de 2019 existían en la provincia de Castellón, según el Informe anual del juego de 2008 del Consell, recuerda el diputado autonómico de Unides Podem-EU Ferran Martínez.
Objetivo: nueva ley autonómica "en marzo o abril"
Para frenar las aperturas, el Consell ultima la tramitación de la nueva ley del juego, que se debatirá en el próximo pleno de Les Corts, de febrero, y que posteriormente recibirá las enmiendas de los diferentes grupos en la Comisión de Economía. Tras ello, volverá al Parlamento autonómico, donde, si todo va bien, en Podem esperan tener la norma aprobada "en marzo o abril", indica Martínez.
En la tramitación, la formación pretende introducir varias enmiendas, entre las que plantea una distancia mínima de un kilómetro respecto a "centros escolares, sanitarios o sociales", así como una separación de 500 metros entre las casas con el fin de evitar la creación de núcleos de juego en las zonas urbanas.
Asimismo, también plantea la prohibición de las tragaperras y el resto de máquinas de apuestas en los bares. Así, a medida que fuesen caducando las licencias, los establecimientos irían perdiendo la presencia de las máquinas.
