CASTELLÓ. En pleno centro de Castelló, dentro del majestuoso Casino Antiguo, Lino Gastronómico despliega una propuesta que trasciende la cocina y se convierte en un manifiesto sobre el respeto al producto y la identidad gastronómica del Mediterráneo. Su nuevo menú, Sabores de la corona, es un ejercicio de precisión y sensibilidad, donde cada ingrediente encuentra su lugar en un equilibrio medido y sin artificios.
Bajo la dirección del chef Jesús Milian, la cocina de Lino Gastronómico se sustenta en una premisa clara: la estacionalidad marca el ritmo y el producto dicta la narrativa. No hay concesiones a lo superfluo ni a la inmediatez; la excelencia se construye sobre la selección rigurosa de materias primas y una técnica que potencia sin enmascarar.
El menú abre con un foie con jugo de ternera, donde la untuosidad del hígado y la profundidad del fondo cárnico dialogan con una precisión milimétrica. Le sigue una croqueta ibérica servida con un consomé, un bocado que roza la perfección. Crujiente por fuera, con una fritura impecable que sella cada matiz de sabor sin excesos de grasa. A continuación, una anchoa de Vinaròs con aceite de pimentón, en la que la aparente sencillez esconde una complejidad de equilibrios sápidos. La crema de apio y nabo con caviar, es un ejercicio de pureza y contraste, con un juego de texturas que desafía las expectativas.
Del mar a la tierra
El mar encuentra su expresión más depurada en la gallineta de Castellón curada con cítricos, donde la acidez actúa como un hilo conductor que refuerza la frescura del pescado. La gamba roja de Dénia en su jugo, una pieza excepcional tratada con respeto absoluto, permite disfrutar de la pureza del producto en su máxima expresión. La mallorquina de Menorca con espuma de galera, calamar y alcachofa de Torreblanca sintetiza la esencia del Mediterráneo con una interpretación contemporánea, donde la intensidad marina se matiza con la untuosidad vegetal.

En el apartado cárnico, abren paso las mollejas de pato sobre puerro de Santa Eulalia, donde la melosidad de ambos ingredientes se unen en un bocado armonioso, con una profundidad de sabor que resalta la calidad del producto. El menú avanza con la suprema de esturión, donde la sutileza de su carne se realza con una cocción impecable, y el San Pedro, un pescado noble que llega a la mesa en su máxima expresión, resaltando sus cualidades naturales sin artificios.
Los dulces y el vino
El epílogo dulce se construye sobre la memoria gustativa del territorio. La flor de azahar y miel con queso de oveja de Els Masets rinde tributo a la tradición apícola y quesera de la región, con un ensamblaje de sabores que resuena en el paladar con una persistencia sutil. Le sigue un cremoso de fruta de la pasión, donde la acidez vibrante de la fruta tropical se equilibra con una textura sedosa y un toque sutil de dulzor, creando un postre que refresca y sorprende a partes iguales. Luego, una selección de petit fours, pequeñas creaciones de repostería que acompañan el café y aportan un cierre delicado pero memorable, con un esponjoso de cacao, tarta de quesos, mini carrot cake y tartaletas de pistacho, pensadas para alargar la sobremesa con el mismo nivel de exigencia que el resto del menú.

La experiencia se complementa con una selección de vinos cuidadosamente escogidos para dialogar con cada creación. Además, la propuesta incorpora un cóctel en directo, que introduce un elemento de sofisticación lúdica y refuerza la dimensión experiencial del menú. Desde su privilegiada ubicación, con vistas a la terraza y un servicio impecable, Lino Gastronómico no solo reivindica la cocina de proximidad, sino que la eleva a una categoría donde el lujo es la pureza del producto y la inteligencia con la que se interpreta. En un escenario que respira historia, esta propuesta se erige como un referente gastronómico en constante evolución, capaz de redefinir los códigos de la alta cocina en Castellón.