CASTELLÓ. Cicogres afronta uno de los momentos más duros en sus casi 30 años de existencia, un aniversario marcado para el próximo 22 de diciembre. La azulejera de Vilafamés registró el año pasado algo más de 5 millones de euros de pérdidas, frente a los 674.000 euros de beneficios del ejercicio anterior.
Esto ha motivado que, en su propio informe de gestión que acompaña a los resultados de 2018, la compañía exprese su "duda sobre la capacidad de la sociedad de continuar con solvencia sus operaciones". No en vano, el documento recoge, como ya informó este diario en febrero, que Cicogres había solicitado el preconcurso de acreedores para tratar de encontrar una salida a su situación.
Preguntadas por Castellón Plaza, fuentes de la compañía no han querido detallar si finalmente, y tras los cuatro meses de plazo legales, han dado el paso para presentar el concurso voluntario. De momento, y según fuentes del sector, a los acreedores no les ha llegado la carta del juez con la apertura del procedimiento, una posibilidad que el informe de gestión recoge textualmente.
La compañía ha llegado a esta situación "afectada por la recesión que el sector azulejero castellonense ha sufrido en el ejercicio 2018", que ha originado "una caída en la demanda de sus productos", según recoge el documento. Y ello a pesar de que la facturación de Cicogres aumentó el año pasado en algo más de un 14%, lo que llevó a la firma a alcanzar ventas por prácticamente 45,6 millones, frente a los casi 40 del año anterior.
Por ello, el informe de gestión de la azulejera vilafamesina destaca también cómo "la fuerte inversión realizada en los últimos dos años ha producido una alarmante caída de la rentabilidad" de la compañía, lo que ha originado "dificultades para hacer frente a los vencimientos de deuda". De hecho, aunque el pasivo no corriente se mantiene en cifras respetables (ha crecido de 10,9 a 14,8 millones), las deudas a corto plazo son las que siguen lastrando la actividad de la firma: 21,4 millones con entidades de crédito; 17,6 millones con proveedores y 576.000 euros con trabajadores, además de 333.000 euros con la Administración pública.
Por este motivo, la compañía inició en su momento conversaciones para alcanzar "un acuerdo con sus acreedores", pero estas han caído, de momento, en saco roto. Una de las firmas con las que negoció fue con Argenta, que tenía a Cicogres como abastecedor de producto. Tal era el vínculo entre las dos firmas que desde el gigante azulejero incluso se remitió una carta a clientes y proveedores indicando que se habían hecho cargo de la gestión de Cicogres, pero este nexo se rompió y actualmente el interés de Argenta por la factoría vilafamesina parece haberse diluido.
Y es que las cuentas de Cicogres recogen una importante reducción de patrimonio, que pasa de 6,7 a 1,4 millones de euros. Eso sí, las reservas aumentaron el año pasado, gracias a los beneficios de 2017, hasta los 6,6 millones de euros. Un soplo de aire fresco para los 194 trabajadores con que la firma acabó 2018.