EL CIELO AGUARDA / OPINIÓN

Crisis? What Crisis?

Foto: ROBER SOLSONA/EP
15/04/2022 - 

A los fans de Supertramp seguro que este título les traerá muchos recuerdos. Diez temas que fueron incluidos en el álbum a toda prisa, más bien improvisando para contrarrestar la cancelación inesperada de la gira de la banda por Estados Unidos en aquella época. Si analizáramos los títulos de las canciones, veríamos que todos podrían guardar una relación con lo que está pasando en estos momentos en el seno del Botànic.

El contexto mundial del momento tenía su hilo conductor. Por aquel entonces, corría el año 1975, la sociedad se estaba recuperando de la primera crisis mundial del petróleo y con una guerra también entre medio. Una primera crisis energética de la que parece que no aprendimos lo suficiente. La situación política, económica y social en España no era la mejor y el impacto que la crisis tuvo en nuestro sistema fiscal y financiero fue demoledor. La inflación se disparó a cotas nunca vistas antes, acompañada de un aumento del desempleo, que prácticamente ya no nos ha abandonado.

¿Verdad que todo esto nos vuelve a sonar de una forma u otra? La crisis energética actual, la guerra en Ucrania, una inflación desbocada, una sociedad crispada y dividida… Pero, sobre todo, la pérdida de valores de nuestra sociedad que, al final, es la causa de muchos de los problemas actuales a los que nos enfrentamos.

Ain´t Nobody but Me (no hay nadie más que yo) es el título de una de las canciones de Supertramp. Y, haciendo un paralelismo, así es cómo el Botànic empezó su verdadera crisis: al considerar que podría mantener sus mentiras por encima de todo. Cuando no hay nada que esconder no hay nada que temer. Pero, a un año vista de las elecciones autonómicas, los frentes que tiene abiertos este Consell son lo suficientemente críticos para cerrar un ciclo que se vislumbraba más largo del que será finalmente.

Portada del album de Supertramp 'Crisis? What Crisis?

El caso judicial que salpica a casi a toda la familia del president Puig por subvenciones injustificables y con olor a fraude de Francis Puig; la inminente imputación de la vicepresidenta y portavoz del Consell, Mónica Oltra, por el escándalo de abusos sexuales de su exmarido o el rotundo fracaso en la consecución de un nuevo modelo de financiación autonómica para nuestra maltratada Comunitat. Esto último, además, con un discurso cambiante y moldeado a las circunstancias por parte del conseller Soler (y que se traduce en una deuda de más de 53.000 millones de euros).

Un conseller de Hacienda que introduce ingresos ficticios que van aumentando presupuesto a presupuesto para satisfacer a todas las consellerías del tripartito botánico; el desprecio hacia nuestras naranjas y por consiguiente a nuestros agricultores por un lapsus o descuido de la consellera Mollà; el caos en la Sanidad pública; el descontrol en la Justicia; las pugnas por la ampliación del Puerto de Valencia; la indignación de los usuarios del servicio de Cercanías y el abandono por el proyecto del Tren de la Costa. También, el aumento de los desahucios derivados de impagos que no hacen más que subir pese a las promesas de paralización y la problemática del acceso a la vivienda de nuestros jóvenes.

Y, por si no fuera suficiente, la guinda a esta crisis la han terminado de coronar con el nuevo impuesto autonómico sobre estancias turísticas: la tasa turística, que no va a solucionar las carencias que siguen teniendo nuestros municipios en cuanto a servicios que ofrecer a nuestro turista, ya sea extranjero, nacional o autóctono. El secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer, supuestamente el máximo responsable en la materia y el que más ha trabajado para su no implantación, no se calla ni esconde, proclamando este gran error del cual no quiere participar. El Botànic quería su dumping fiscal y lo ha conseguido, pero dentro de su propio territorio.

El vinilo de Supertramp sigue en la onda más de 47 años, sin visos de caducar. Todo lo contrario a lo que le queda a este Consell del Botànic.

next