BENICÀSSIM. El PP y Ciudadanos se mueven sobre arenas movedizas en el Ayuntamiento de Benicàssim a consecuencia del caso de transfuguismo que afecta al socio minoritario (la formación naranja). Lo sucedido en el pleno de este viernes, el ordinario de junio, augura semanas convulsas para el equipo de gobierno, en minoría respecto al resto de la corporación (ocho concejales frente a nueve).
Al menos, mientras el partido que lidera Cristina Fernández continúe sin encontrar amparo en el grupo de la alcaldesa, la popular Susana Marqués, que la dejó sola en su intento por acorralar a Domingo Lorenzo para que éste entregase el acta de concejal. Es más, el clima de crispación provocó que los dos ediles díscolos hicieran piña para atacar a la portavoz de Cs (José Carlos García causó baja en Vox una semana después que su nuevo compañero de bancada).
La sesión plenaria discurrió en un tono de cordialidad hasta que llegó el apartado de ruegos y preguntas. Ni siquiera el arranque, dando cuenta de la inédita condición de los dos regidores como no adscritos, agitó los ánimos. Sin embargo, el tono adquirió tintes de hostilidad cuando Fernández solicitó a su excompañero la renuncia como munícipe. "Esperamos que devuelva el acta de concejal [Lorenzo]", comentó para, a continuación, recordar al PP su responsabilidad, sin encontrar respuesta. "Al estar en minoría tenemos que llegar a acuerdos y que la estabilidad de gobierno no la basemos en el voto de un tránsfuga, como esperamos que nuestro socio de gobierno [Partido Popular] así lo haga también por la ley de antitransfuguismo", prosiguió.
Esta última afirmación, recibida con indiferencia por la alcaldesa, desembocó en un cruce de acusaciones gruesas. "Le recuerdo que usted [Fernández] hizo obras en su domicilio sin la correspondiente licencia, abusando del cargo que ostenta en el Ayuntamiento", aseveró García al sentirse aludido.
Antes de que interviniera Lorenzo, el verdadero interpelado por la edil de Ciudadanos, Marqués trató de rebajar la tensión aclarando que "hace muchos años que en el argot político desapareció la palabra tránsfuga. Evidentemente, es cuando una persona salta a otro grupo político y esa situación no se ha dado aquí".
Seguidamente tomó la palabra el ex munícipe naranja, que reiteró su decisión de seguir en la política local. "Ya le dije que no voy a entregar el acta por ahora. No he sido ni soy ningún desleal. Sigo fiel al ideario de los votantes y que en su día tuvo Ciudadanos a nivel nacional. Usted me dice [Fernández] que hay un documento firmado por más de 20 afiliados. No creo que haya tantos. Con todos los respetos, la mayoría que aparecen ahí son allegados suyos o familiares", sentenció Lorenzo.
"Señora alcaldesa, me salgo del pleno si seguimos en esta dinámica", interrumpió irritada la portavoz de Cs, precipitando el arbitraje de Marqués, que aprovechó para advertir que el problema no va con su partido. "Apelo al sentido común. No hagamos un careo. Les pido que las discrepancias internas las diriman en su seno", exhortó.
El rifirrafe no llegó a más, aunque puso de manifiesto que las relaciones entre el PP y Ciudadanos atraviesan su peor momento desde el inicio de la legislatura. Con seis concejales el primero y dos el segundo, la estabilidad del gobierno camina hacia el abismo.
Fuentes de la formación naranja aseguran que no descartan ningún escenario para el futuro, en clara referencia a posibles pactos con otras fuerzas. Desde el PSPV se espera que Cs mueva ficha. "Cristina sabe que hay otra alternativa y se lo hemos dicho y ofrecido los otros tres grupos", sostiene el portavoz socialista, Miguel Alcalde.
El PSPV, con cuatro representantes, Compromís (dos) y Ara Podem (uno) suman siete ediles, lo que significa que tendrían mayoría absoluta con Ciudadanos.