VALÈNCIA. La Vicepresidencia Primera y Conselleria de Cultura, liderada por Vicente Barrera (Vox), parece ir encadenando polémicas desde hace meses. Solo en las últimas dos semanas se ha puesto sobre la mesa el cese del director general del Institut Valencià de Cultura (IVC), Abel Guarinos, y ha dimitido la directora del Institut Valencià d’Art Modern (IVAM), Nuria Enguita, dejando ambas instituciones descabezadas. Y no son las únicas. En plena tormenta, se ha llevado a cabo un cambio interno en la arquitectura interna de la Conselleria no poco importante, un movimiento de poderes que afecta directamente a la número dos de Barrera, la Secretaria Autonómica de Cultura y Deporte, Paula Añó.
Añó, uno de los fichajes más sonados de Vox para completar su Conselleria de Cultura y Deporte, se queda sin varias de las competencias que le habían sido asignadas. Así, tal y como ha publicado el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana, la Generalitat ha ejecutado una modificación del Reglamento Orgánico y Funcional (ROF) que aleja a la Secretaria Autonómica de algunas de las principales instituciones que dependen de la Conselleria, tales como el IVAM, el Consorci de Museos, el IVC, el IVCR+i, el Palau de les Arts y el Patronato del Misteri d’Elx, así como el Circuit del Motor y Promoció Esportiva. De facto, Paula Añó deja de ser la responsable directa del sector instrumental dependiente de la Conselleria, organismos que pasan a depender directamente del conseller Vicente Barrera, según la nueva formulación del ROF.
De esta forma, desaparecen de las funciones de la Secretaría Autonómica “la coordinación, control y supervisión de las entidades, organismos, fundaciones y consorcios que integran el sector público instrumental, cultural y deportivo de la Generalitat”, que recaen ahora en la Subsecretaría “bajo la directa dependencia del vicepresidente primero y conseller de Cultura y Deporte”. Añó no solo pierde competencia a favor de Barrera, sino que también lo hace por abajo, a través de las Direcciones Generales. Es el caso del Museu de Belles Arts de València, cuya coordinación y personal dependen ahora directamente de la Dirección General de Patrimonio Cultural, liderada por Pilar Tébar, y pierde la “tutela” del Patronato del Misterio de Elche y el Patronato del Palmeral de Elche, también en favor de la misma Dirección General.
Según justifica la Conselleria de Cultura en el preámbulo, la modificación se estaría llevando a cabo por “razones de eficiencia administrativa”, que “aconsejan modificar las competencias asignadas a los órganos superiores y directivos de esta conselleria, con el objetivo de impulsar y fomentar el mecenazgo a través de la Secretaría Autonómica de Cultura y Deporte, para contribuir más eficazmente al fomento de la creatividad, al crecimiento económico y al enriquecimiento del capital cultural de la Comunitat Valenciana”. “Asimismo, motivos de organización y coordinación administrativa recomiendan la realización de algunos cambios en las citadas competencias con la finalidad de mejorar la eficacia de las atribuciones asignadas a los órganos directivos de esta Vicepresidencia Primera y Conselleria de Cultura y Deporte”, añade.