VALÈNCIA. Cantaba Marilyn Monroe en Los caballeros las prefieren rubias que un diamante puede llegar a convertirse en “el mejor amigo de una chica”. Esta joya está considerada como una de las más valiosas, ya que se forma en las profundidades de la Tierra, bajo extremas temperaturas y sometida a muchísima presión. Esto hace que despunte, brille y tenga un valor excepcional dentro del mercado, y su creación bajo presión recuerda que, de los momentos más complejos de la vida, puede surgir algo maravilloso.
Algo parecido le pasa a la cantante catalana Bad Gyal -nombre artístico tras el que se esconde Alba Farelo- con la creación de su primer disco: La Joia, un trabajo hecho bajo presión desde noviembre del 2022 hasta finales de enero del 2024. Un año y medio en el que la cantante vivió una montaña rusa emocional entre la euforia, la rabia y el miedo de que el álbum se filtre y que no sea “perfecto”, tal y como lo imagina.
Este proceso queda documentado a través de La Joia, un documental sobre la historia de la grabación de este álbum dirigido por el castellonense David Camarero, quien se enfrenta al reto de retratar a Farelo en su faceta más humana mientras ella vive el mayor reto de su carrera como artista. El pasado 14 de noviembre los cines ABC Park acogieron un pase especial, organizado por el festival Big Sound, para ayudar a los damnificados por la Dana en València con una proyección benéfica, que contó con la presencia del director quien se quedó a hablar sobre sus procesos y la vida de la artista en un coloquio con el público.
El cine se llenó de fans que iban vestidos como si fueran a un concierto y que cambiaron la bebida por un gran cubo de palomitas para disfrutar de la historia de su ídolo. Para contar esta historia de forma cercana, Camarero se sirve de los vídeos que graba la cantante con el móvil, las grabaciones de algunas entrevistas y sus giras por todo el mundo, llegando hasta Estados Unidos. También le graba trabajando en algunas colaboraciones únicas con artistas como Myke Towers, Young Miko o Anitta, artistas que a lo largo del documental celebran la honestidad de la artista y su autoexigencia.
Camarero se nutre de sus estudios dentro del mundo de la publicidad y su trabajo en los videoclips para darle un toque joven y fresco a un documental dirigido a los fans de Bad Gyal y a los curiosos por conocer sus procesos creativos. El castellonense estudió sonido en València y tuvo su primera experiencia con el mundo del documental en la productora Goroka, de la que más tarde saldría para enfrentarse en solitario a un proyecto aún más ambicioso, su propio documental: “Me gustaba la idea de ver lo que pasa dentro del universo de una cantante y saber también cómo es su vida y su proyecto. También aprendo mucho sobre el documental, la música y las diferentes maneras de componer una historia”.
Para superar este reto sigue a Farelo entre rodajes, fashion weeks, entrevistas y conciertos en los que muestra sus altibajos y la historia de un disco que se retrasó más de lo que tocaba. Descubriendo las trabas de la industria musical, Camarero trabaja como mano derecha a la artista y consigue retratarla en algunos de los momentos más tensos de la grabación del disco mientras que muestra otros en los que se ve su lado más humano y divertido.
“Queríamos hablar de lo mainstream, de la importancia de un disco grande para una artista internacional y de cómo los atrasos le pasan factura a Alba”, comenta Camarero, quien se encuentra con la historia conforme va grabando su día a día. “Supe que la potencia del documental estaba en hablar de esa parte invisible de la grabación del álbum, ver cómo lo gestiona ella y como lo ve el equipo. Llega un momento en el que los atrasos también me afectan a mí, porque yo quería que saliera ya el disco y que ella pudiera estar tranquila”, explica Camarero.
Al igual que la cantante, Camarero sabe muy bien a qué público se refiere, por lo que el documental ha tenido una corta tirada en cines, tan solo durante una semana como si se tratara de una gira: “Sabíamos que era un reto llevar esta película al cine por lo que quisimos comunicar el estreno como si fuera una gira de Bad Gyal entre las salas de cine”, apunta Camarero, quien añade que trabajaron con el formato preventa dirigido a un público objetivo muy específico, el mismo que se pasa el día en el móvil, que cobra también un papel protagonista en La Joia, sirviendo para documentar el archivo de la cantante. “En el documental jugamos con el móvil para hablar sobre los fans, de las redes y para demostrar cómo la narrativa avanza a lo largo de meses en tan solo unos segundos”.
Los móviles también estuvieron presentes durante la proyección de La Joia, varias fans de las primeras filas se decidieron a tomar algunos vídeos de la cara de la cantante en primer plano, grabaron sus momentos más divertidos en La Joia y también publicaron en Instagram partes de Fiebre, la canción que cierra el documental. Con ello, Camarero responde a un público que busca en La Joia una experiencia única, mientras conocen a la persona que se esconde tras el “brilli brilli” de Bad Gyal: Alba Farelo.
Foto: LUIS CARBONELL / BIGSOUND
