CASTELLÓ. La cerámica castellonense es una actividad en constante cambio, dispuesta a seguir evolucionando y con grandes retos por delante. Esta podría ser la moraleja, si de un cuento se tratase, del debate que este martes experimentaron algunas de las principales empresas industriales de la provincia. Lo hicieron en virtud del desayuno, organizado por Castellón Plaza, Nuevos retos del sector cerámico: innovación, sostenibilidad y energía, celebrado en la Cámara de Comercio y que contó con el apoyo de APE Grupo, Esmalglass-Itaca y Maincer.
En una situación tan complicada como la actual, y después de que el coste del gas se haya disparado, de nuevo, "por encima de los 130 euros por megavatio", como remarca el director general de Esmaltes SA, perteneciente al Grupo Grespania, Fernando Fabra, lo único que parece claro es que "nada va a ser como ha sido, el futuro lo vemos muy diferente", apunta el director de relaciones externas del Institut Valencià de Competitivitat Empresarial (Ivace), Jordi Sebastià. Y es que, aunque la "incertidumbre" que rodea a día de hoy al sector no ayuda -"vamos a ver cierta ralentización, tomar decisiones no es lo más adecuado", apunta el director general de Sacmi Ibérica, David Gálvez, muchas de ellas no se pueden retrasar.
Especialmente las que atañen a la cuestión energética. "Los plazos son muy cortos", remarca Fabra. "Las condiciones productivas no pueden continuar; la pasta roja hoy en día no se puede vender, no podemos competir con Turquía, China,..." incide el gerente de la filial española de Zschimmer & Schwarz, Pedro Hernández. De ahí que buena parte del debate se centrase en este punto. Lo único que parece claro ahora mismo es que no va a haber una solución única, e incluso que la primera vía de acción (o varias de las primeras) no vendrán del cambio de fuente de energía.
En este sentido, el director técnico de de Kerajet, Rafa Vicent, remarca que se debe "repensar el proceso cerámico; el actual se inventó en un momento en que la energía era barata y no había problemas de agua; ahora vemos que se están despilfarrando" ambas. Sobre esto, hay tres vías fundamentales de actuación, señala: el horno, la atomización y el secadero; los tres procesos que más energía consumen en la producción cerámica. Y los cambios pueden llegar por diferentes vías, por ejemplo en aspectos tecnológicos, como la molturación en seco o construir hornos que no sean refractarios, de forma que se puedan apagar y encender cada día, y así producir solo en las horas de sol, lo que permitiría utilizar hornos eléctricos alimentados con paneles fotovoltaicos.
Y es que, como apunta Hernández, por ejemplo en Zschimmer & Schwarz solo han cubierto uno de sus cuatro almacenes con placas "porque vender la producción eléctrica no sale rentable", al pagarse muy por debajo del precio de mercado y al no existir capacidad para almacenarla.
Sobre todo esto, el director del Instituto de Tecnología Cerámica (ITC-Aice), Gustavo Mallol, afirma que en esta labor para "repensar totalmente" el proceso cerámico, hay cambios que ya se vislumbran, como que los secaderos "se alimentarán con el aire de los hornos". En cuanto a la transición de la fuente energética, apunta que el biocombustible es una opción todavía lejana, como el hidrógeno, mientras la electrificación "la tenemos más a mano".
En esta tesis coincide plenamente con el director técnico de Kerajet. En cambio, el máximo responsable de Sacmi Ibérica no tiene "tan claro que la electricidad sea el futuro y que el hidrógeno no lo sea; el mundo de la energía está cambiando mucho", apunta en referencia a los procesos de reorientación de las grandes compañías mundiales. De momento, y en esta "transición exprés energética" que necesita el sector, en palabras de Victoria Rubio, del departamento de Desarrollo Empresarial de la Cámara, lo que parece más viable es que "no va a haber una solución única; será un mix".
Y, para contrarrestar este "problema de costes", a los que también se suman "los derechos de emisión", incide el socio de Grant Thornton España Andrés Gurrea, es pieza clave la innovación: "Si no hay I+D+i no habrá adaptación", concluye al respecto. Bien lo sabe el director general de CEEI Castellón, Justo Vellón, quien remarca a este respecto que la inversión en la Comunitat Valenciana bajó en 2020 hasta el 1,08% del PIB y esto hace que estemos "lejos de la media europea, por no hablar de Estados Unidos o Japón". Eso sí, en esta apuesta el azulejo destaca sobre otros muchos sectores.
Pero esta innovación no debe ceñirse únicamente al aspecto productivo. También debe alcanzar a la comercialización y a la forma de comunicar las bondades del producto castellonense frente al llegado de otras partes del mundo. "Tal vez habría que inventar la etiqueta verde para los azulejos europeos", señala Vicent. Y Sebastià apunta a una iniciativa de éxito en Alemania con productos alimentarios: "Todos los estándares europeos son inmejorables, tienen muy buena acogida". Por ello, Rubio remarca que es clave "medir lo que estamos haciendo", tomando como referencia los Objetivos de Desarrollo Sostenible, comunicarlo posteriormente y "así podemos reorientar las prioridades del consumidor hacia la sostenibilidad".
Y es que, aunque "el consumidor es soberano" y "si la diferencia de precio es sensible, ya puedes hacer lo que quieras", como apunta Vellón y coincide con él Fabra, "lo verde va a vender, y el producto cerámico está a la vanguardia", afirma Mallol. En este punto, Gurrea remarca que la gente joven "cada vez es más sensible a todo el tema ambiental" y tiene "totalmente asumidos los ODS". De ahí que, como señala Hernández, se deba hacer un esfuerzo por parte de las empresas: "Creo que tenemos que trabajar muy en serio la Responsabilidad Social Corporativa".
El trabajo se ha de centrar, apunta Gálvez, en la búsqueda de "una economía sostenible" -China también se ha marcado un objetivo de cero emisiones para 2060, remarca- "o el mundo va a ser inhabitable". Y en este objetivo, "dar el paso en primer lugar, a veces ayuda".
Toda esta innovación tiene además otra rama, en la que no solo el sector debe esforzarse: la formación. El responsable del grupo Grespania remarca en este punto que el perfil de empleados está cambiando "drásticamente" y los jóvenes "están preparados en lo digital, pero también tienen que ser más técnicos cerámicos y tecnológicos". A este respecto, y después de que todos los participantes destacasen que una de las razones por las que el azulejo castellonense ha superado las diferentes crisis que ha vivido ha sido "por el talento", en palabras de Gálvez; Sebastià destacó que este "se ha convertido en el producto que las empresas más necesitan" y en eso es en lo que debe incidir el sector.
También debe hacerlo en la colaboración con las start ups, cuyo mundo todavía "está muy separado de la empresa consolidada", señala Vellón. De ahí que el director de CEEI Castellón apueste por crear palancas para integrar todas estas ideas en el futuro de la industria provincial.
Con todo ello, términos como sostenibilidad, innovación o investigación siguen estando, como lo ha hecho siempre, en el ADN de la cerámica castellonense. Y gracias a esto "el sector volverá a salir victorioso", concluye Vicent en una frase que todos los participantes en el desayuno compartieron.