del por qué la actividad languidece en los meses estivales

Después de la oleada artística: es hora de que Castelló plante cara al desolador verano

4/07/2019 - 

CASTELLÓ. Después de la oleada artística que vive en general toda la Comunitat Valenciana durante el mes de mayo, es bien sabido que la actividad en el centro de Castelló empieza a languidecer. Junio resiste, por eso de que los niños todavía están en el colegio. Pero, con julio y agosto no hay retorno; la gente que durante todo el año vive en la capital suele marcharse a la costa. Y con ellos, muchas galerías de arte o salas de música que se ven evocadas al parón. "Es la idiosincrasia de la ciudad", suele decirse. Pero, ¿por qué? Hay quienes hablan de un simple cambio de chip fundamentado en el jolgorio y en otro tipo de modelo cultural más dado al caloret. Es por eso que buena parte de la agenda provincial pasa a ciudades como Peñíscola- con el Festival de Jazz  o el Festival de Teatro Clásico-, Benicàssim -con sus incontables festivales- o al propio Grau de Castelló, que aglutina mucha más programación en el Planetari y cuenta con su propio ciclo de conciertos, a través del Arrankapins

No obstante, este panorama, más bien desolador, se acrecienta con el cierre de muchas salas de lectura o la reducción del horario de bibliotecas públicas. Fue a mediados de junio cuando varios trabajadores y vecinos se concentraron delante de las puertas de la biblioteca de Rafalafena (que depende de la Generalitat) por verse esta obligada a cerrar durante todas las tardes de verano ante la falta de personal. Una reducción de la plantilla que, sin embargo, no quedaba reflejada en el DOGV de octubre de 2018, donde se especificaba que el ente público debía disponer de un total de 22 personas, cifra que en la actualidad se reduce a casi la mitad. Por su parte, la regidora de Cultura del Ayuntamiento de Castelló, Verònica Ruiz, explica que las salas de lectura sufren un mismo problema presupuestario que obliga a cerrar varios de estos espacios por falta de personal. "Intentamos que haya al menos una sala entre varias zonas cercanas, pero claro, nos gustaría disponer de más dinero para poder tener más personal en verano y que no se cierre ninguna".

A pesar de esto, no se puede hablar de Castellón como un total desierto. Hay diferentes citas culturales que tienden la mano a la ciudad para no sumergirla en el olvido. Junto a las anteriormente mencionadas, desde el Institut Valencià de Cultura (IVC) se han programado les Nits al Claustre  en el Museu de belles arts, con las que, todos los jueves de julio y parte de agosto, se celebrarán conciertos en el claustro de la pinacoteca. Una oferta que se complementa desde Cultura, con 'Dilluns al ras', una serie de actuaciones musicales y recitales en homenaje a Manuel Babiloni. También, el Ayuntamiento ha impulsado diferentes talleres infantiles, cuentacuentos y espectáculos musicales en varios barrios del distrito oeste, así como su escoleta d'estiu al Castell Vell o sus continuadas visitas guiadas en el Refugio Antiaéreo. E igualmente 

Ahora bien, parece ser que la problemática de Castelló se halla principalmente en el sector privado, que anticipa cada vez más el cierre de sus negocios y prolonga esta 'hibernación' hasta mediados de octubre. Mientras, el alquiler se continúa pagando. ¿Cuál es la posible solución entonces? Son muchos los que se muestran agotados. Pero, sin un propósito de marcar un camino desalentador, desde Castellón Plaza hablamos con diferentes agentes culturales para que marquen una 'hoja de ruta' con la que plantar cara a los meses estivales. 

Bajo la óptica de estudios privados (Laura Sánchez, de Chezlalá)

Qué ocurre: "Castelló muere absolutamente en verano. El año pasado cerré el taller y mi intención era volver a abrirlo en septiembre, pero con el cambio climático el verano se alarga más y mucha gente no vuelve a la ciudad hasta mediados de octubre, que es cuando la actividad se equipara al resto del invierno. Esto supone que tenga que buscar otras fuentes de ingresos para poder pagar el alquiler del local y mantenerlo en pie durante el año siguiente. Es una pena que ocurra esto porque cada vez hay menos gente con una segunda residencia y que, consecuentemente, se queda en Castelló, pero está como asumida la desaparición de actividad en el centro. Así, la tendencia es que aunque vuelven a dormir a la ciudad, pasan el día en la costa o en pueblos del interior. Esto hace que el vacío se siga perpetuando verano tras verano".

Qué hacer: "He pensado en organizar algún taller intensivo de verano para que gente que durante el año ha estado trabajando y no ha podido inscribirse a ningún curso por falta de tiempo, ahora pueda hacerlo. Más allá de eso, aprovecharé para hacer mi propia obra, pero a puerta cerrada. El resto de actividades las vamos a parar, porque al final es un esfuerzo el que hacemos, tanto a nivel de tiempo y de dedicación, que no se ve recompensado. No hablamos ni de la aportación económica porque es mínima. Sería interesante tratar esta problemática con el Ayuntamientos para hacer ver que si ya en invierno es muy difícil arrancar, en verano es imposible. Necesitamos un esfuerzo público para que los negocios no cierren tantos meses. El empujón ha de ser de los grandes primero".  

Bajo la óptica de las librerías (J. Vicente Centelles, de Argot)

Qué ocurre: "Es normal que la programación se ralentice en verano, no solo ocurre en el plano cultural. Lo que no se puede permitir es que ciertos espacios públicos, como las bibliotecas, cierren en verano. Mientras estos trabajadores han conseguido multiplicar los usuarios después de la crisis, su presupuesto se divide cada año por dos". 

Qué hacer: "Todos sabemos que Castelló es un desierto, pero si dentro de la ciudad tuviéramos más sombra, sería más fácil que la ciudadanía accediera al sector privado. Con esto me refiero a que la zona azul en lugar de funcionar, nos ha penalizado a todos. Se dice que cuando una ciudad se hace peatonal se blinda a la ciudadanía, porque se multiplica su uso civil. Sin embargo, esto funciona en mega ciudades como València, Alemania o Nueva York. No se puede actuar a golpe de la moda política del momento. 

Por otro lado, también se debería corregir la sobreprogramación que hay durante el año. Los agentes culturales nos contraprogramamos continuamente y esto afecta sin dudas al verano. No resulta viable sostener tantos conciertos al mes dentro de la ciudad, cuando las salas de música se gastan dinero en programar. Todo esto se podría paliar preguntando a los dueños de los pubs, de las bibliotecas...Porque al final resulta ser un problema político".

Bajo la óptica de museos o galerías (Yvonne Bacas, La Nit de l'art)

Qué ocurre: La playa y las ganas de viajar llevan a desarrollar otro tipo de cultura en verano, más gastronómica y dada a los conciertos. Sin embargo, Castelló tiene el hándicap de que no es vista como un lugar donde veranear. A esto se suma que durante estos meses los comercios las pasan de todos los colores. Y hay que tener en cuenta que además venimos de un año político, con lo que el problema se intensifica". 

Qué hacer: "Hay que tratar de impulsar un actividad más de masa y más abierta a un público general. Algo que encaje con la época estival, como podría ser llevar el teatro a la calle, hacer yoga en los parques... Diferentes eventos que ocupen las calles céntricas de la ciudad y fomenten su uso al aire libre. En las playas suele haber una programación más lúdica que potencia la diversión". 

Bajo la óptica de Cultura (Verònica Ruiz)

Qué ocurre: "Evidentemente la gente de Castelló que vive aquí durante todo el año se marcha a otras poblaciones, incluso a Benicàssim que está a 10 minutos. Por eso, en la ciudad hay otro tipo de público y de programación; a la gente no le apetece estar en un lugar cerrado, dado que estamos en el Mediterráneo".

Qué hacer:  "Lo que planteamos desde el Ayuntamiento es una programación que se centra sobre todo en el Grau, pero sin olvidar el centro de la capital. Por eso, hemos dinamizado culturalmente el distrito oeste, llenando de actividades al aire libre todos los barrios durante todo el verano. Esto es algo que se debería hacer gradualmente en todas las circunscripciones. Igualmente, no nos olvidamos del patrimonio del centro, porque hay gente que sí quiere disfrutar de la cultura".

Bajo la óptica del IVC (Alfonso Ribés)

Qué ocurre: "En nuestro caso es evidente que tanto el teatro como el auditorio han de cerrar. Es básico porque hay que limpiar la escénica y preparar la próxima temporada. Aún así, es evidente, el cambio de público que hay en Castelló, ya que sus vecinos prefieren veranear en Benicàssim u Oropesa". 

Qué hacer: "Desde el IVC tratamos de potenciar otros espacios claves como el EACC o el Museu de belles arts, con una programación para públicos de diferentes edades e inclinaciones. Así, hay desde actividades de animación para los más pequeños, a una exposición de obras de Es Baluard en el Espacio de Arte Contemporáneo y les Nits al Claustre al Museu de Belles Arts".