VALÈNCIA. El presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, disipó este viernes cualquier duda sobre sus intenciones para lo que queda de legislatura tras el 'shock' de la Dana que ha arrasado buena parte de la provincia de Valencia y deja hasta ahora 217 víctimas mortales.
No. El jefe del Consell y líder del PPCV no va a dimitir. Es más, el presidente de la Generalitat protagonizó un discurso inicial donde indicó sus objetivos para lo que resta del mandato: centrarse en la recuperación de la catástrofe y que ello le sirva para reestablecer al menos una parte del crédito perdido con la gestión de la crisis.
Para ello se sirvió de una primera intervención dividida en tres partes: su versión de lo ocurrido en los momentos previos a la inundación; el balance de las gestiones iniciadas para la recuperación y la presentación de su hoja de ruta para la reconstrucción. Así, en un discurso en el que reconoció "errores", si bien luego apenas concretó muy pocos, anunció que practicaría la "autocrítica" para en realidad referirse a una exhaustiva y detallada lista de reproches hacia organismos vinculados al Gobierno de España, especialmente la Conferencia Hidrográfica del Júcar (CHJ). Es decir, describió con todo lujo de detalles lo que consideró fallos o carencias en las informaciones de las instituciones fuera de sus competencias y, a la hora de su gestión, se refirió en general a "errores" por los que pidió disculpas en nombre de la Generalitat, aunque en todo momento esquivó las razones por las que no modificó su agenda para centrarse en los problemas provocados por el temporal, lo que le llevó a llegar en torno a las 19.30 al Cecopi, cuando la crisis ya estaba muy avanzada.
Este comienzo ya apuntaba lo que iba a ocurrir en la sesión. La principal línea de defensa de Mazón, tal y como se preveía, se centró en la actuación de la CHJ. El mensaje del presidente es que el organismo no proporcionó la información necesaria para que se tomaran las decisiones adecuadas: así, una vez desacreditada la actuación de la entidad gubernamental, el resto de la actuación se derrumba como un castillo de naipes. Es decir, si los errores y la falta de comunicación se produjeron en la información deficiente sobre lo que ocurría en concreto en el barranco del Poyo, a partir de ahí era muy complicado que la Generalitat, a través del Cecopi, pudiera tomar las medidas más acertadas y con la urgencia requerida.
Más allá de todos los datos ofrecidos por Mazón en su comparecencia respecto a las comunicaciones no enviadas y el "apagón informativo de dos horas y media" que se produjo por parte de la CHJ según la versión del presidente -que niegan desde el organismo-, lo importante en este análisis es que el jefe del Consell ocupó prácticamente una hora en este asunto, lo que significa que no sólo no va a dimitir, sino que va a luchar denodadamente por compartir o incluso traspasar la responsabilidad de lo sucedido al organismo hidráulico. Una actitud para enfrentarse a la comparecencia de este viernes que indica que Mazón aspira a sobrevivir políticamente pero también a conseguir liderar la reconstrucción y apurar sus opciones de completar la legislatura e incluso de volver a ser candidato a 2027.
"Si no soy capaz de liderar la recuperación, no optaré a al reelección", afirmó este viernes en la trona, ante la presión de la oposición. Una frase que, lejos de entenderse como una posible dimisión en diferido, algo a lo que apuntaban varios medios nacionales, podría entenderse como todo lo contrario, dado que resulta evidente que el encargado de medir o juzgar si habrá sido capaz de "liderar la recuperación" será él mismo, por lo que se entiende que aprobará su propia gestión en la dura tarea que tiene por delante.
Otro asunto será que, llegado el momento, la dirección nacional del PP quiera volver a postularlo como candidato -esto sí depende de Génova en última instancia-, pero ese será un puente que ya cruzará Mazón llegado el momento; cuando hayan pasado más de dos años y pueda valorarse cuál es el estado de la Comunitat Valenciana, la situación política del presidente -habrá que ver qué ocurre si se judicializa la Dana- y también cuál es la posición de la dirección nacional del PP y del propio Feijóo.
Así, más allá del plan de reconstrucción anunciado por Mazón y de la remodelación del Consell donde anunció la creación de una macroárea para coordinar todo lo relacionado con la Dana y una cartera específica para Emergencias, la principal conclusión política que puede extraerse de la comparecencia de este viernes es que el presidente de la Generalitat no se plantea dejar el cargo e irá a por todas en su objetivo de afrontar con éxito la reconstrucción de la Comunitat Valenciana, lo que le podría dar una oportunidad de volver a ser candidato e incluso seguir al frente del Consell.
Una operación en la que Génova podría ser un testigo de excepción. Las Provincias publicaba este viernes que la nueva macroconselleria creada por Mazón para gestionar la Dana estaría cubierta por un perfil de consenso entre Madrid y Valencia, una maniobra probablemente dirigida a que la cúpula nacional del PP esté al tanto y tenga cierto control sobre las operaciones del ejecutivo del presidente. Lo que no parece que fructifique, es la propuesta realizada ayer por la líder del PSPV-PSOE, Diana Morant, de ofrecer sus votos para que Feijóo destituya a Mazón y nombre otro presidente con un Consell de carácter técnico para conducir la salida de la crisis, con la condición de que se convoquen elecciones autonómicas en 2025.