CASTELLÓ. La Diputación de Castellón inicia la cuenta atrás para activar en enero el presupuesto de 2025. Un proyecto financiero que crece un 12% respecto a 2024 hasta llegar a los 217 millones de euros. Este martes la presidenta de la institución, Marta Barrachina, presenta las cuentas del próximo año. Lo hace con el objetivo de calcar la hoja de ruta que cumplió en 2023.
Hace un año por estas fechas (en concreto, el 23 de noviembre), Barrachina dio a conocer su primer proyecto económico de la legislatura, el más alto de la historia de la institución al llegar a los 193,7 millones de euros. Estructurado en cinco ejes, puso en valor la cifra en inversiones al rozar los 60 millones de euros (57,7 millones). La elaboración en tiempo y forma del documento presupuestario posibilitó celebrar la sesión plenaria el 6 de diciembre. Esa anticipación garantizó el cumplimiento de la hoja de ruta marcada para que el presupuesto entrara en vigor el 2 de enero.
En efecto, tras publicarse el anuncio en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP) el 7 de diciembre, los 15 días hábiles de exposición pública culminaron a principios de año. Sin ninguna alegación, la Diputación se convirtió en una de las grandes instituciones de la Comunitat Valenciana en tener operativas sus nuevas cuentas al comenzar el ejercicio.
Para este año, la aspiración es la misma pese a las dificultades que han ido surgiendo desde septiembre. A estas alturas, tanto el Gobierno de España como la Generalitat Valenciana continúan sin tener aprobadas sus previsiones económicas para 2025.
Tampoco se ha aclarado por parte del Ejecutivo central la cifra definitiva acerca del techo de gasto, un tema que no es menor. El techo de gasto no es más que una cantidad fijada como tope para el gasto no financiero, es decir, el que se entiende como aquel que recoge todos los desembolsos que están destinados al pago de deudas o créditos.
A todo esto hay que sumar la incertidumbre contable respecto a las trágicas consecuencias de la Dana de Valencia. La necesidad por parte del Consell de focalizar sus esfuerzos en la reconstrucción limitarán las transferencias para equilibrar las partidas de gastos e ingresos de las entidades provinciales, por ejemplo.
A pesar de todos estos contratiempos, la Diputación hace los deberes con el presupuesto de 2025. Ahora, faltará ver qué ocurrirá con la aprobación por pleno (presumiblemente, se celebrará a principios de diciembre). La presidenta aspira a lograr el apoyo de todos los grupos políticos para sacar adelante el proyecto financiero, algo que en las últimas legislaturas ha sido misión imposible para sus antecesores en el cargo. Para ello, ha hecho algunos guiños al PSPV y Compromís en las últimas semanas.