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pese a ello, los citricultores siguen en el alambre

El aforo dicta: Europa apenas recibe la naranja que pide y la campaña mejorará aún más en precio

9/12/2022 - 

CASTELLÓ. La campaña citrícola alcanza su momento culmen, justo antes de la Navidad y lo hace, como siempre, llena de contrastes. Los buenos precios de las diferentes variedades de naranjas y mandarinas vienen dados, fundamentalmente, por la caída de la producción, hasta el punto de que la presente campaña es la más baja en tonelaje en España de la última década. 

Y eso que la estimación del Ministerio de Agricultura no tenía en cuenta la gran cantidad de fruta que, hasta ahora, ha llegado a los almacenes y no ha podido salir hacia el circuito comercial debido a la afección de las plagas. Las altas temperaturas han motivado el alza del rechazo, que en algunas variedades, como la clemenules o la oronules, ha llegado a casi un tercio de la cosecha. 

Con ello, la cantidad de fruta disponible para las cadenas comerciales europeas es sensiblemente menor a la de años precedentes, algo que también se ha visto favorecido por la implantación del tratamiento en frío a la naranja sudafricana, que tantas dificultades viene causando entre los exportadores de ese país. 

26 millones de toneladas en total

Y todo ello tiene, además, correlación en los países competidores. El reciente aforo del hemisferio norte, que acaba de publicar la Organización Citrícola Mundial (WCO, en sus siglas en inglés), constata una caída productiva del 13% para el conjunto de países productores (Egipto, Grecia, Israel, Italia, Marruecos, España, Túnez, Turquía y Estados Unidos). Se trata, así, del segundo bajón consecutivo.  

Aunque hay quien advierte de graves irregularidades en la formación de estos datos y las toneladas finales pueden variar de los 26 millones que recoge el lobby mundial promovido por los exportadores sudafricanos y la interprofesional española del limón y el pomelo, Ailimpo, lo cierto es que la reducción es evidente. Y para ello solo hay que fijarse en los precios que, para la fruta valenciana, se están pagando en muchos lineales europeos, donde se han llegado a ver clementinas castellonenses a 14 euros el kilo. 

Así las cosas, es evidente que la caída productiva mundial beneficia a la campaña autóctona. El secretario general de La Unió Llauradora, Carles Peris, remarca que este año el tonelaje está "más equilibrado, de acuerdo a la demanda de la Unión Europea". Esto borra, de un plumazo, la posición de privilegio de los grandes lineales comunitarios. 

Pero no todo son buenas noticias. El presidente de la Asociación Valenciana de Agricultores, Cristóbal Aguado, constata la "mayor estabilidad de precios", pero "la mayoría de citricultores de Castellón y Valencia han sufrido una disminución considerable de su producción", lo que reduce el beneficio. Además, los actuales "no son precios que compensen de manera clara la subida de los costes de producción", concluye el presidente de AVA-Asaja. 

La segunda parte de la campaña, gran esperanza

En esta tesitura, la segunda parte de la campaña, a partir de Año Nuevo, volverá a ser decisiva para los productores y también para los comercios y cooperativas castellonenses y valencianas, auténticos referentes mundiales. Ya es habitual un mejor comportamiento del mercado en la segunda mitad de la temporada, siempre marcada por una producción más ajustada. Y este año esto se puede ver especialmente destacado. 

El bajón productivo en Marruecos, de un tercio respecto al ejercicio pasado debido a la sequía fundamentalmente, provocará que este país no pueda colocar tanta mandarina híbrida (nadorcott sobre todo) en Europa. "Por lo tanto esperamos una segunda parte de campaña en buena sintonía, como hasta ahora con las mandarinas", señala Peris. 

Las naranjas sí lo tendrán algo más difícil, debido al alza del tonelaje de Egipto, pero con una caída global de casi 2 millones de toneladas en conjunto según el WCO, la influencia de este país competidor no debería ser suficiente para desestabilizar el mercado. 

Así las cosas, y aunque Sudáfrica lleva camino de batir su récord de exportaciones de cítricos (pese al tratamiento en frío) en su temporada, que ahora concluye, la campaña valenciana aporta un soplo de aire a los agricultores más competitivos y, sobre todo, a las empresas. Y esto se apreciará más después de las próximas fiestas, cuando las labores de destrio se verán reducidas, como siempre, debido al frío, que reduce la afección de las plagas.

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