CASTELLÓ. El Ayuntamiento de Castelló y la Diputación Provincial se apuntan al maratón de plenos para iniciar el curso político. Ambas instituciones tienen programados al menos cinco sesiones en septiembre, y no se descarta alguna más en el caso de la entidad local en función de la urgencia respecto a la aprobación definitiva del Plan General.
Tanta convocatoria supondrá para los concejales y diputados una invitación a abrir las hostilidades en clave plebiscitaria, por lo que se vislumbra una precampaña larga y exigente. En efecto, 2023 estará repleto de citas con las urnas, sucediéndose hasta tres las elecciones, salvo que las autonómicas y las municipales terminen coincidiendo.
La actividad parlamentaria en la institución supramunicipal resultará mucho más cargante que en el consistorio por el mayor número de plenos (tres frente a dos). Además, al celebrarse cada martes, irán casi encadenados si finalmente el extraordinario solicitado por el PP a propósito de los incendios de les Useres y Bejís se fija para el día 6. El 13 se desarrollará el ordinario de agosto (siempre se deja para después de las vacaciones), mientras que el 27 tendrá lugar el rutinario del mes.
A pesar de que el Ayuntamiento concentrará menos sesiones en septiembre, lo cierto es que el la dialéctica de los ediles será más vehemente que la de sus compañeros de la plaza de Las Aulas. En realidad, suele ocurrir así desde el inicio de la legislatura, salvo alguna contada ocasión. Además, en este caso, ese incremento respecto al tono estará justificado en vista de que se celebrará el debate del estado de la ciudad el día 15. Al tratarse del último del mandato, todos los grupos municipales echarán el resto en busca de rédito electoral.
El pleno pondrá de manifiesto, una vez más, las alejadas posiciones de los dos bloques, esto es, el que representa al Acord de Fadrell (la izquierda) y el integrado por las fuerzas de la oposición (la derecha y extrema derecha). Por su disposición, con intervenciones de la totalidad de los partidos (incluida la tránsfuga Paula Archelós), la duración superará ampliamente las dos horas.
La alcaldesa, la socialista Amparo Marco, hará uso del primer turno de palabra con una introducción de 15 minutos. A partir de ahí, serán los portavoces del resto de fuerzas los que irán participando, atendiendo a un orden determinado según el peso institucional (número de concejales). Esta primera perorata no excederá de los 10 minutos por representante (la mitad para la citada Archelós). Ese tiempo se reducirá a siete minutos en la réplica. Por último, cerrará la primera munícipe.
Tras esta convocatoria, la corporación se volverá a reunir el último jueves del mes, el 29, para abordar la convocatoria ordinaria de septiembre. Todo hace indicar que se elevará el Plan General para su validación definitiva. En concreto, se someterá a votación la pieza Pormenorizada, uno de los dos documentos del planeamiento urbano. Esa discusión también ofrecerá momentos intensos en vista del desacuerdo mostrado por los partidos de la bancada opuesta al equipo de gobierno desde el principio del procedimiento.