CASTELLÓ. La canción Como un burro amarrado en la puerta del baile, cuyo autor es Manolo García (El Último de la Fila), tiene una especial significación para la capital de la Plana. La estrofa "[...] Llévame al cine, amor y a comer un arrocito a Castelló" ha impelido de siempre la imagen de la ciudad, ya que el éxito de la melodía sigue traspasando fronteras desde el lanzamiento del disco Astronomía razonable en 1993. De alguna manera ha servido de inspiración para que ahora el Ayuntamiento busque potenciar su proyección a nivel mundial con un sello propio gastronómico.
La marca 'Arrocito de Castelló', que se creó en 2017 a partir de una receta del chef Miguel Barreda, galardonado con una estrella Michelín, será la etiqueta sobre la que pivotará la nueva estrategia turística después de que el Patronato Municipal de Turismo haya solicitado el registro del sello el 18 de octubre en el OEPM, el organismo responsable de las distintas modalidades de Propiedad Industrial.
Si nadie a título personal o algún colectivo presenta alegaciones en las próximas semanas, el distintivo pertenecerá oficialmente a la ciudad, de manera que se convertirá en un referente gastronómico como reclamo para los turistas.
Desde que se impulsó 'Arrocito de Castelló', Turismo ha promocionado el plato de diferentes formas, desde la organización de un concurso internacional en primavera (cumple dos ediciones), hasta la presentación en Fitur.
El plato debe su denominación a la procedencia de los ingredientes. La mayoría de los productos de proximidad son de la costa y huertas de la provincia, como las alcachofas de Benicarló o los langostinos de la lonja de Castelló. Lo mismo sucede con el fumet, para el que Barreda insta a utilizar "un buen pescado de roca como la gallineta, el pez rata, el congrio, el pez araña… o un crustáceo como la galera". Partiendo de esa premisa, el cocinero premiado con dos soles Repsol, confeccionó una receta unificada con los componentes imprescindibles para elaborar un 'Arrocito de Castelló'.
El pasado 6 de mayo el consistorio organizó una jornada en la plaza Mayor para inculcar entre los chefs españoles la importancia de incluir el plato autóctono en su menú. Paco Rodríguez, del restaurante Miguel y Juani de l’Alcúdia, ganó el primer premio, dotado con 1.000 euros y un trofeo. Jairo Varas, de Avenida 2.0 (Massamagrell), e Isabel Ribelles, de Nazaret (Puçol), completaron el podio.
La posibilidad de disponer de un sello propio de calidad culinaria permitirá a Castelló incorporarse al mapa internacional del turismo gastronómico, lo que redundará en beneficio de los establecimientos locales.