CASTELLÓ. El bajo aforo de cítricos en la campaña 2024-2025 previsto por la Conselleria de Agricultura en Castellón ha supuesto un jarro de agua fría entre los productores. Esperaban un descenso pero no de la magnitud de un 23% en la clemenules. Esta previsión tan reducida más los sobrecostes por la sequía y las plagas hacen temer en el campo que se agrave su pérdida de rentabilidad.
"Tenemos menos producción, hay falta de relevo generacional y recibimos más plagas introducidas por terceros países. Estamos en una situación difícil y en 3 o 4 años puede que no haya retorno. Solo aguantarán las grandes fincas que interesen a los fondos de inversión", advierte el presidente de AVA-Asaja, Cristóbal Aguado.
La merma de la cosecha, causada por las condiciones climáticas, puede aumentar el precio de compra en origen en el inicio de la campaña, pero tanto las organizaciones agrarias como fuentes de cooperativas señalan que con la producción a la baja y los gastos al alza por las plagas y sequía "el margen de beneficios será mucho menor y afectará a la rentabilidad".
"Por sexto año tenemos una producción por debajo de la media", reiteran desde una cooperativa. En este sentido, desde la Unió Llauradora lamentan que si se cumple el aforo del Consell la subida de precios no será suficiente por la escasa cosecha, con lo que los rendimientos en el sector seguirán a la baja.
"La reducción de un 20% de la capacidad productiva causará pérdidas en los agricultores", remarca Aguado., que muestra el hastío de un sector que acumula años de capa caída. No en vano, más de 20 empresas y cooperativas de Castellón, con 6.500 empleos, han cesado su actividad en cinco años; una de las más emblemáticas que echó el cierre fue Cítrics de Nules, en 2023.
Según el aforo de la conselleria, Castelló recogerá un 23% menos de clemenules en 2024-2025, 300.000 menos que el año anterior, en el que ya disminuyó un 14%. Y a esta merma hay que añadir el aumento de costes por la falta de lluvias y el tratamiento de plagas. El secretario general de la Unió, Carles Peris, estima el alza en un 40%. En el ejercicio pasado, relata, el gasto por una hanegada en su caso pasó de 395 a 546 euros.
Y en esta línea, el dirigente de AVA-Asaja afirma que el coste irá a más por la expansión de la plaga del trip de Sudáfrica. Al respecto, la asociación ha pedido al Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias que refuerce las soluciones de lucha biológica para hacer frente al trip.
En este contexto, la campaña ha empezado con precios estables en las ventas en origen en las primeras variades tempranas. La Lonja de València muestra unos precios sin variaciones, cercano a los 0,40 euros, que representa "un valor normal", según las entidades agrarias.
Desde las cooperativas también indican que en estos inicios "el mercado está receptivo al haber menos presión de producción" aunque critican que siga entrando fruta de otros países infectada.