CASTELLÓ. El cambio de topónimo de la capital provincial a Castelló de la Plana no tendrá ningún coste extra para la ciudad y su penetración se regulará de manera natural, aprovechando además la nueva ordenanza sobre señalética. Desde el relevo en el gobierno tras los comicios de 2015, con el ascenso del PSPV-PSOE y, especialmente, de Compromís, el término en valenciano al referirse a la ciudad (ahora normalizado) se ha incorporado con mayor persistencia en logotipos, papelería, camisetas o señales, tanto de dependencias municipales como en paneles informativos.
Muchas administraciones y entidades públicas de carácter nacional, a partir de la publicación de la nueva denominación Castelló en el Boletín Oficial del Estado (BOE) el pasado 15 de abril, "han aceptado el nombre de una manera natural, que es lo que pretendemos que ocurra aquí", explica el concejal de Plurilingüismo y Fomento del valenciano, Francesc Mezquita, de la coalición nacionalista.
A esa asimilación del vocablo de un modo congénito contribuirá la nueva normativa para homogeneizar los letreros en la capital de la Plana. El tripartito viene trabajando desde la anterior legislatura en la redacción de una ordenanza que regule el diseño y la tipología lingüística empleados en los carteles en la vía pública. Ante la ausencia de una ordenanza, el modelo empleado variaba en características, dependiendo de la empresa adjudicataria del contrato.
Sin embargo, esa falta de estandarización desaparecerá con la aprobación de la normativa acerca de la señalética en Castelló y que, además, permitirá eliminar aquellos paneles informativos en los que aparezca la palabra Castellón. Al tener que normalizar los carteles, la introducción del topónimo no representará coste alguno.
En realidad, el término en valenciano está asociado a la historia y cultura de la capital de la Plana. Según un informe de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL), el vocablo Castelló apareció por primera vez en 1239 en una carta puebla. De 1244 a 1339 se empleó también en los escritos de la Cancillería Real. En el siglo XV se habló de la Vila de Castelló y a partir del XVI el nombre de Castelló de la Plana se hizo habitual.
En el anterior mandato, el entonces bipartito (PSPV-PSOE y Compromís), con la connivencia de su socio de gobierno, Castelló en Moviment, inició los trámites para modificar el topónimo en las sesiones plenarias del 31 de mayo de 2018, 21 de junio de 2018 y 29 de noviembre de 2018. A partir de ese momento, acordó solicitar el cambio de nombre.
La Dirección General de Régimen Jurídico Autonómico y Local, del Ministerio de Política Territorial y Función Pública, certificó el 20 de diciembre de ese mismo año que la denominación propuesta de "Castelló de la Plana" no coincidía con la de ningún municipio inscrito en el Registro de entidades locales.
El pleno de la AVL, en sesión celebrada el 1 de febrero de 2019, adoptó acuerdo favorable el topónimo propuesto. En la tramitación se cumplieron todas las prescripciones legales contenidas en la legislación vigente en la materia. Así, el 22 de marzo de este mismo año, a través de un decreto, el Consell oficializó el cambio a Castelló, cuya posterior publicación en el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana (DOGV) y BOP culminaron el procedimiento.