CASTELLÓ. El empleo del sector cerámico ha vuelto a la senda de crecimiento tras dos años de importantes descensos durante la crisis energética y de demanda que ha azotado al azulejo desde 2021. El presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Azulejos y Pavimentos Cerámicos (Ascer), Vicente Nomdedeu, ha anunciado que el empleo ha aumentado en un 5,6% de enero a noviembre de este año con respecto al ejercicio anterior. Se trata de 681 personas más que trabajan en el sector. Nomdedeu ha recalcado este dato y recordado que llega tras periodos de "decrecimiento importante".
El presidente de Ascer ha puesto en valor la "resiliencia" del sector, especialmente en el mantenimiento del empleo, al apuntar que desde 2021 la producción cerámica ha caído en un 33% pero el empleo en un 13%. Y este 2024 la tendencia cambiará, puesto que la recta final del año arroja datos más esperanzadores para el sector por la reactivación de la actividad motivada principalmente por el impacto que la última feria Cersaie ha tenido para la cerámica 'Tile of Spain'.
Tal y como el propio Nomdedeu ha explicado, la cita de Bolonia ha sido este año un "punto clave" para la reactivación de la actividad cerámica que se está registrando desde septiembre. "Este año los pedidos han aumentado", ha destacado.
De 2012 a 2021, las personas que empleaba de forma directa el sector cerámico español creció en un 19,3% al pasar de 14.400 a 17.180 personas ocupadas. Los dos años siguientes han sido de destrucción de empleo. En 2022 el número de personas trabajando bajó a 16.200 personas. En 2023, el empleo bajó hasta las 14.934 personas. En total, un descenso del 13%.
A mitad de año, Nomdedeu ya hablaba de cambio de tendencia y citaba la evolución del empleo entre los pocos datos positivos del sector. Así, en junio destacó que de las dos mil personas que habían perdido su trabajo en los últimos meses, unas quinientas ya habían regresado al sector. Los últimos datos facilitados por la patronal cerámica hablan ya de 681 personas más hasta noviembre, lo que eleva a 15.615 personas el empleo directo del sector en lo que va de año y a la espera de un cierre de año optimista por la reactivación impulsada tras Cersaie.
Nomdedeu se ha referido además al "efecto multiplicador" del sector y ha indicado que por cada empleo directo generado se crean 5,2 adicionales. Así, ha indicado que en España la cerámica genera 91.929 empleos entre directos, indirectos e inducidos (en 2023). Una cifra que supone un 3,8% del empleo industrial español, más de un punto por encima que en 2021.
El peso sobre el empleo industrial en la provincia de Castellón también ha crecido. En 2021, un 21,2% del empleo total de la provincia era generado por la cerámica (entre directos, indirectos e inducidos). En 2023, supone el 26, 4%.
Por otro lado, el presidente de Ascer también se ha referido a los principales desafíos a los que se enfrenta la industria española fabricante de baldosas cerámicas. Entre los principales está hacer frente al déficit energético y metas de descarbonización "desalineadas con la realidad industrial", así como a la desventaja competitiva frente a países comunitarios. Nomdedeu, que compareció ayer en rueda de prensa junto a los vicepresidentes Ismael García y Miguel Nicolás, así como el secretario general, Alberto Echavarria, reivindicó la necesidad de "un marco más equitativo en estándares laborales, medioambientales y normativos".
En cuanto a las peticiones que Ascer hace a las administraciones, se destacó la necesidad de establecer "mecanismos de apoyo directo, ágiles y sin excesiva burocracia, especialmente para la descarbonización de la industria". También reclama medidas de reindustrialización de Europa y España "con una revisión de políticas industriales con mayor concreción en objetivos, medidas y plazos". "Las políticas recientes han mermado la posición de Europa en la economía y geopolítica mundial, haciendo sus productos industriales menos competitivos, es vital contar con una reciprocidad en las reglas del juego", indicaron.
Asimismo, Ascer insiste en la necesidad de un estatuto de gasintensivos que apoye a las industrias calorintensivas en la descarbonización y transición energética. Finalmente, reclamaron más colaboración público-privada para superar los desafíos actuales y mantenerse como motor industrial y exportador clave en España y Europa.