CASTELLÓ. El Ayuntamiento de Castelló aclara a los empresarios de las tascas que la eliminación de la Zona Acústicamente Saturada (ZAS) obliga por ley a implantar medidas correctoras. Por ejemplo, reducir el horario para consumir alcohol en la vía pública (hasta las 22.00 horas) y prohibir nuevas licencias de actividad, como recoge el acuerdo de la Junta de Gobierno Local aprobado este jueves. La resolución municipal permite iniciar la tramitación administrativa al objeto de modificar el marco legal de las calles Barracas, Isaac Peral, Vera y Mayor, así como de la plaza Santa Clara.
La exigencia de implementar acciones para evitar que se reproduzcan las circunstancias de la ZAS viene establecida en la normativa autonómica de protección contra la contaminación acústica. En la última modificación, que data del 29 de diciembre de 2021, se advierte en el apartado de vigencia que en el caso de cese "[...] se incluirá un programa de actuaciones contenido en el artículo 23". Dicho artículo se refiere a los planes sonoros de ámbito local, que deben incorporar distintas medidas, entre ellas "la minimización de la producción y transmisión de ruidos, sistemas de control y cualesquiera otras que se consideren adecuadas para reducir los niveles acústicos".
"A todos nos gustaría volver a la normalidad, pero la ley nos obliga a tener estas medidas durante dos años", recalca el portavoz del gobierno municipal, José Luis López. "A partir de ahí, hay que ser responsables", agrega, consciente de que los recursos que puedan presentar los hosteleros en relación a horarios y permisos difícilmente prosperarán con la normativa en la mano.
De hecho, será en última instancia la Generalitat Valenciana la que, una vez superado ese periodo de dos años, resuelva definitivamente sobre el expediente de la ZAS, ya que existe el riesgo de que durante ese tiempo se disparen los niveles de decibelios. Incluso, con las mentadas medidas correctoras en marcha. No en vano, para acreditar en el futuro que las tascas presentan índices aceptables resultará imperativo encargar nuevas medicaciones.
"Tenemos que pensar que se ha dado un primer paso muy importante. Los hosteleros han cumplido y nos quedan dos años para recuperar la normalidad", reitera. El objetivo estriba en restablecer la situación previa a 2010, sin ninguna restricción más allá de lo determinado en la ordenanza municipal. Aquel año, el Ayuntamiento se vio abocado a declarar las tascas como Zona Acústicamente Saturada por sentencia judicial.
La consecuencia del nuevo escenario para los empresarios se tradujo en el cierre de negocios, especialmente en Isaac Peral, donde terminaron por desaparecer todos. Los obstáculos se incrementaron en 2019 con otro fallo del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV). Para garantizar el consumo de alcohol en el exterior, el equipo de gobierno tuvo que modificar la ordenanza de Convivencia Ciudadana, de manera que logró in extremis sortear la prohibición con la figura del velador.
Ahora, algo menos de tres años después, se plantea la posibilidad de eliminar la ZAS, pero con el condicionante de imponer medidas correctoras. Una decisión con la que no están de acuerdo los hosteleros, que consideran que se les penaliza, sobre todo con la reducción de horario. De ahí el anuncio de presentar alegaciones cuando se abra la exposición pública de 30 días.