CASTELLÓ. El Gobierno atribuye a la pandemia de covid-19 y a la "complejidad técnica de las obras" el retraso en la ejecución del nuevo trazado de la N-232 en el puerto de Querol, cuyas obras ya deberían haber concluido pero de las que ha recepcionado aproximadamente el 60%.
Así lo señala en una respuesta escrita al senador castellonense de Compromís Carles Mulet, quien en su pregunta al Ejecutivo central se remitió el pasado 19 de septiembre a los datos aportados por este diario, que señalan que la fecha límite para finalizar los trabajos se alcanzó el pasado 10 de junio, dado que entonces se cumplieron los tres años de plazo desde el inicio de las actividades constructivas. Ante esto, Mulet cuestionó al Gobierno "¿qué ha pasado para no cumplirse los plazos?".
En su reciente respuesta, el Gobierno señala: "Durante la ejecución de cualquier contrato de obra suele ser común que surjan incidencias contractuales previstas en la Ley de Contratos". Y, en el caso del acondicionamiento de la N-232 en el puerto del Querol, las incidencias que esgrime son "la pandemia de covid-19 o la complejidad técnica de las obras".
En este punto resulta chocante que el Ejecutivo estatal apunte a aspectos como "el traslado de las vigas de los nuevos viaductos y la ejecución de un túnel, que han hecho necesario adecuar los rendimientos de los trabajos estimados en el proyecto", cuando estas labores ya estaban contempladas al detalle en el proyecto constructivo.
Ahora, con la carretera cortada para proceder a voladuras de tierra con las que comenzar a alzar el viaducto para salvar el barranco de la Bota, falta por ver si los trabajos avanzarán a mayor ritmo en un futuro para no alcanzar los cinco años en el momento de su finalización, dos más de los inicialmente previstos.