CASTELLÓ. En ocasiones no es tan complicado desarrollar una idea, como saber qué hacer con esta una vez grabada y producida. A pesar de que existen múltiples canales de difusión, y de que esto facilita lógicamente la tarea, para conseguir la mayor proyección de un film hay que saber muy bien a que puertas llamar. Por eso, en un contexto internacional en el que se mueven más de 7.000 cortometrajes en festivales y mercados, la Escuela de Cinematografía y del Audiovisual de la Comunidad de Madrid (ECAM) se animó a crear en 2016 un catálogo de distribución que facilitaría esta farragosa tarea a los cineastas más primerizos. "Únicamente estamos con ellos en el arranque, después cada cortometraje puede seguir su propio camino, pero nos encargamos de que sepan preparar el material fotográfico y de vídeo, incluimos su ficha en la web y hacemos una primera fase estratégica de distribución donde miramos uno por uno donde encajan mejor. Después, poco a poco, vamos introduciéndolos en cada vez más festivales", explica Ismael Martin, profesional que hay detrás de Filmnow.
El proyecto, que ha abierto el plazo de inscripción de su quinta edición hasta el 15 de marzo, ha abrazado en estos años 205 inscripciones que, a su vez, han conseguido 600 selecciones en diferentes festivales y un total de 44 premios. Aunque de todas ellas, solo 12 corresponden a estudiantes de la Comunitat Valenciana; entre otros motivos porque las relaciones con nuestras universidades empezaron a gestarse en 2018. En la actualidad, Filmnow cuenta con la colaboración de la UJI, la Universidad Autónoma de Barcelona, la Complutense de Madrid, la Universidad de Navarra, de Murcia y la Universidad de Blanquerna, además del apoyo del Instituto Cervantes y de la ICCA (Instituto de la Cinematografía y de les Artes Audiovisuales) del Ministerio de Cultura. Con todo ello, la convocatoria está abierta para todos las escuelas de cine españolas y tampoco es un impedimento que el cortometraje ya se haya presentado o haya, incluso, recorrido sus primeros festivales. La única condición es que sean obras producidas en 2019 y durante la actividad formativa.
"Nos encontramos con muchos alumnos que no tienen siquiera en mente el concepto de distribuir. Acceden a una plataforma y simplemente suben el corto. Pero, el cine sin su público no existe. Hay que inculcar este trabajo. Nuestro primer reto es dejar clara la diferencia entre una escuela de cine y un festival de estudiante, donde en este último caso los estudiantes no son como tal los participantes, sino las escuelas", incide Martín. Así mismo, Filmnow defiende que además de ayudar a los cineastas a preparar la distribución de sus trabajos, también se les brinda la posibilidad de viajar a festivales no solo cuando tienen obra seleccionado. Por otra parte, el proyecto propicia que se forjen relaciones internacionales entre las diferentes universidades.
Yago Mateo Velasco (Vitoria-Gasteiz, 1993) se inscribió en la primera edición de Filmnow con Fishura, film que consiguió el premio a Mejor Cortometraje en los Bastau Film Festival of Students Films de Kazajistán (Asia Central), así como la selección en 16 certámenes, entre ellos el Festival de Cannes de 2016. "Para mi fue una experiencia maravillosa porque no es fácil mover un corto cuando se trata de una producción de universidad. A pesar de que puede ser un trabajo que tiene buena factura, la experiencia no es la suficiente para evitar que ese film se quede estancado. Además, hay que pensar muy bien donde poner el ojo porque enviar un corto no te garantiza para nada que te lo vayan a seleccionar, por más calidad que tenga". El profesional, que en la actualidad trabaja en el Sydney Film Festival, anima a otros estudiantes a que preparen la distribución de su film con ayuda de algún catalogo que les enseñe a mover cada pieza en el momento oportuno. "Estoy convencido que de otra manera, sin estar en unas manos expertas y que cuidasen tanto la pieza, no habría llegado a la mitad de lo que llegó".
También en su caso, Diana Acién Manzorro, que participó el año pasado de la mano de la Universidad Politécnica de València, asegura que esta experiencia le ha servido para dar una segunda vida a su cortometraje Echoes, pero también lo hará para trabajos futuros. "En mi caso estaba muy perdida porque había terminado un máster de Animación y tenía unas nociones muy básicas de distribución. De hecho, si hubiese sido por mi únicamente me hubiera centrado en festivales que siguen una línea de animación, pero desde Filmnow me propusieron otros certámenes donde esta disciplina no entraba íntegramente integrada y funcionó". Durante su corto recorrido, el cortometraje ha sido seleccionado en 25 festivales y ha recibido un premio a escala local en el festival Quartmetratge de Valencia.
Igualmente, desde Castellón, la joven cineasta Lucía Sáiz Alegre ha logrado cosechar varios triunfos al llevar su historia Nada que contar hasta citas de prestigio como el Short Film Corner en Cannes o el Clermont Ferrand. Así mismo, el documental ganó el primer premio a la mejor producción audiovisual en el Festival Oculus de 2019 y fue seleccionado en la 34 edición del Festival Internacional de Cine de Valencia, Cinema Jove. En una entrevista con Castellón Plaza, la creadora resaltaba un sentimiento común que sienten muchos jóvenes durante la universidad: "pensaba que el trabajo iba a quedarse solo en eso, en un trabajo de clase". "El problema que tenemos quieres empezamos es que no sabemos cómo entrar en la profesión. Poco a poco vas conociendo a gente y todos te dicen que te muevas porque al final algo saldrá. Siempre por debajo claro. Pero si te comparas con alguien que hace Magisterio, que sabe que debe hacer oposiciones y ya va a tener su trabajo, en nuestro caso vemos como tenemos muchos conocimientos pero no sabemos bien cómo focalizarlos." La joven que en su caso optó por apuntarse a esta plataforma para distribuir su corto, también recomienda recurrir a programas de orientación como Dona i Cinema para conseguir remar en el sector.