CASTELLÓ. La portavoz del Grupo Municipal Popular en el Ayuntamiento de Castelló, Begoña Carrasco, insta a la alcaldesa socialista, Amparo Marco, a escuchar a los hosteleros de la calle Campoamor, quienes piden sacar mesas y sillas a la calle, sin obstaculizar el tránsito de coches ni peatones, para así tratar de salvar sus negocios. Una alternativa que, como ellos mismos dicen, "les daría algo de oxígeno mientras dure la pandemia".
Carrasco y las concejalas del PP María España y Susana Fabregat han escuchado la petición unánime de ocho propietarios de locales dedicados a la restauración en esta céntrica calle de la ciudad. "No están pidiendo algo imposible, sino todo lo contrario, lo único que quieren es poder trabajar para sobrevivir a esta crisis que les ha llevado a una situación límite. El gobierno tripartito debería mostrarse sensible ante su petición de colocar, junto a sus fachadas, mesas y sillas para dar servicio en el exterior, al menos viernes y sábados, tal y como plantean. Se trata de locales sin terraza a los que las restricciones de reducción de aforo y de horarios les impiden, hoy por hoy, ser rentables", asegura la portavoz de los populares.
Es la alternativa más plausible en el corto plazo que los hosteleros de Campoamor han pensado para continuar abiertos y combatir así la drástica caída de ingresos por la reducción de clientes a causa de la pandemia. Carrasco insiste que "solo piden que se les deje trabajar para rescatar a sus empleados, comer cada día y seguir haciendo frente a los gastos de cada mes, porque el virus no entiende de economía, los impuestos han de pagarse obligatoriamente, por cierto, con un IBI en la ciudad que es el segundo más caro de España, solo por detrás de Madrid y empatados con Barcelona".
La hostelería de Castelló tiene claro que, esta situación que les está afectando tan negativamente, arrastra al resto de sectores productivos. "Es la pescadilla que se muerde la cola, sin hostelería, el comercio local se resiente y el resto del sector servicios también. Son motores de nuestra economía que hemos de impedir que se paren, de ellos dependen miles de puestos de trabajo que, no olvidemos, son familias que necesitan comer cada día. Con un comercio local herido de muerte y una hostelería que pide a gritos ayudas que no llegan el corazón de nuestra ciudad se apaga. Castellón no se puede permitir que ninguna pyme ni autónomo más eche el cierre", asegura la edil.
"Nuestra hostelería y nuestro comercio necesitan ayudas, no más palos en las ruedas como el que ha supuesto la implantación del sistema de cámaras de vigilancia de acceso al centro que multan a los vehículos no autorizados con 200 euros cada vez que cruzan el corazón de la ciudad, esto incluye a vecinos, proveedores, autónomos y a personas con movilidad reducida. Y no es porque se nieguen a solicitar las autorizaciones, sino porque el colapso para la tramitación de las mismas en el Ayuntamiento es tal que no llegan, pero las multas sí. Los castellonenses están condenados a pasar por caja y después tener que reclamar para que les quiten la multa", recuerda Carrasco.
Tampoco ayuda, según indica la portavoz del PP, la eliminación de cada vez más carriles de acceso al centro de la ciudad, "el gobierno municipal de izquierdas suprimió la arteria de entrada por el Parque Ribalta y ahora sigue empeñado con seguir adelante con la reforma de la Avenida de Lledó que eliminará el acceso de entrada para vehículos desde la rotonda de Tombatossals hasta la plaza María Agustina, en contra de la opinión de la mayoría de castellonenses", concluye Carrasco.