CASTELLÓ. El traslado del Mercado Medieval al Paseo Ribalta no ha sentado nada bien al comercio del casco histórico castellonense, que entiende es una decisión que les causa un grave perjuicio y que viene a agravar lo que consideran un paso más en el "proceso de deterioro" al que le ha abocado el equipo de gobierno municipal. Desde la concejalía que dirige el actual primer teniente de Alcaldía, David Donate, se señala, por contra, que la decisión se toma únicamente por criterios de seguridad y tras escuchar las recomendaciones de la Policía Local y el área de movilidad del propio ayuntamiento, ya que se trata de vías .
Estos informes técnicos, según aseguran fuentes municipales, desaconsejan ubicar el mercado medieval en la calle Mayor y vías adyacentes dada la gran afluencia de personas en un espacio tan reducido y concentrado. De ahí que se haya tomado la decisión de cambiar de escenario.
Estos argumentos, sin embargo, no satisfacen al comercio del centro histórico, que si bien pudieran entender esos criterios de seguridad, lamentan que el ayuntamiento no busque soluciones. Además, señalan que desde el Ayuntamiento "en ningún momento se contempla el perjuicio económico que supone para la zona más desfavorecida del centro comercial de la ciudad.
Los comerciantes toman en consideración el comunicado de prensa emitido por la predecesora de Donate, Patricia Puerta, quien el pasado 27 de noviembre de 2018 no dudaba en poner en valor la feria medieval. Por otro lado, el colectivo de empresarios, que se siente especialmente agraviado con la medida, lamentan que el mercado medieval no esté provisto de un plan de seguridad integral como el que se da durante las fiestas de la Magdalena, especialmente en lo que se refiere a la zona afectada y que agrupa a las calles Mayor, San Luis, Ruiz Vila, Asarau, Cervantes, Caballeros, Enseñanza, Núñez de Arce y Plaza de las Aulas.
Fuentes municipales recuerdan que el concejal mantuvo una reunión la semana pasada con un grupo de comerciantes tuvo la oportunidad de mostrar su protesta por este cambio. En esa misma reunión, según comentan, ya se transmitió a los asistentes que a partir de la próxima semana se iba a estudiar, junto con el área de Seguridad, posibles alternativas para asegurar la celebración de esta feria en su ubicación tradicional. Estas medidas, entienden desde el equipo de gobierno, podrían pasar por ampliar el recinto ferial a calles colindantes para descongestionar la zona. David Donate mostró en ese encuentro su predisposición a atender, en la medida de lo posible, las demandas planteadas para mantener la feria en las calles del centro, según señalan las mismas fuentes.
Conocida la postura del gobierno local, los afectados llevaron a cabo una reunión hace unos días en la que se puso de manifiesto su descontento porque Castellón no pueda tener un Mercado Medieval en el centro histórico, como pasa en todas las ciudades donde se realiza este tipo de actividades. Los comerciantes señalan que su traslado al Ribalta es "la puntilla al sector", según entienden. Además, argumentan que un mercado de este tipo "pierde todo su interés si se ubica fuera de la judería, ya que como ha pasado con otras de distinta temática, sacarlas del centro es matarlas. Va a disminuir y mucho el número de puestos ya que la afluencia de público será mucho menor", advierten.
Los afectados, por otro lado, no entienden que después de varios años, el Mercado Medieval no dispongan de un plan de seguridad integral, lo que "deja patente la desidia, la falta de planificación, el nulo compromiso efectivo de la corporación municipal y el desconocimiento de las reglas básicas de dinamización comercial".
Por todo ello, los comerciantes afectados han iniciado una campaña de concienciación para dar a conocer a la ciudadanía lo que supone para la supervivencia de sus negocios y sus puestos de trabajo el traslado del Mercado Medieval, según explican.