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LOS HOSTELEROS YA COLOCARON TOLDOS fonoabsorbentes PARA REDUCIR LOS DECIBELIOS EN 2012

El tripartito aplaude la iniciativa de los empresarios de las Tascas y estudiará la viabilidad de la cúpula

12/10/2019 - 

CASTELLÓ. El equipo de gobierno del Ayuntamiento de Castelló aplaude la iniciativa de los empresarios de las Tascas para reducir los decibelios en las calles Barracas e Isaac Peral y, como consecuencia, eliminar a medio plazo las restricciones de la ZAS.

No obstante, antes de pronunciarse sobre la viabilidad de la cúpula retráctil como solución, el tripartito pide conocer el proyecto en profundidad para que, así, los técnicos puedan realizar un valoración y determinar si la actuación cumple la legalidad vigente.

Considerando la propuesta más que interesante, fuentes municipales advierten que a la hora de examinar las características técnicas intervendrán diferentes negociados, con la complejidad que ello entrañará, precisamente por la particularidad del espacio (zona céntrica, patrimonialmente singular, etcétera). Es posible, por ejemplo, que Urbanismo considere factible la instalación de la bóveda, pero otro departamento plantee reparos en función de lo que establezca la ordenanza municipal.

En definitiva, el equipo de gobierno supedita cualquier enjuiciamiento a la disponibilidad del proyecto, instando a los propios propietarios a presentarlo cuanto antes para celebrar una reunión.

El precedente

No es la primera vez que los hosteleros asumen la delantera para tratar de rebajar la contaminación acústica en las Tascas. En 2012, y bajo la supervisión del consistorio, instalaron toldos fonoabsorbentes de una altura media de tres metros y cuyos trabajos se culminaron en un tiempo récord de 10 días. Al ser extensibles, desplegándose todos los días a partir de las 22.00 horas, el objetivo era contener el ruido y reducir las molestias entre los vecinos.

Aquella medida estuvo acompañada por otras, como vigilancia policial, restricción horaria, limpieza de la zona a una hora determinada o la limitación de la concesión de licencias. Todo, con el propósito de compaginar ocio con el descanso de los residentes.

Sin embargo, el tiempo demostró que las lonas resultaron ineficaces. Por un lado, no tuvieron el efecto esperado como amortiguar. Por otro, al desenrollarse, contribuyeron a crear un microclima, elevando ostensiblemente la temperatura por debajo, sobre todo en periodos del año de mayor calor.

La contaminación acústica siguió presente en las Tascas. Esta situación agravó el conflicto judicial del Ayuntamiento con la plataforma Sense Soroll, hasta llegar al punto actual con el acatamiento de la sentencia y sin encontrar una solución definitiva que permita garantizar la supervivencia de los locales.


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