Mi estimada amiga, acá se preguntarán a quién escribo. Hace años ya publicábamos en las páginas de Mediterráneo nuestra correspondencia y compartíamos la vida, contábamos las diferencias y los paralelismos que se dan acá y en tu isla. No usaré el apelativo por el que te conocen. Te llamaré Minerva, el nombre que recibiste para no olvidar a una de las hermanas Mirabal, asesinadas por el dictador Trujillo, el gran Fukú, ese concepto que utilizáis en las Antillas para definir a los malignos, la calamidad, la perversidad.
Se me pone la piel chinita, que tu dirías, de ver a miles y miles de mujeres en todo el mundo bailando y gritando Un violador en tu camino, creado por cuatro mujeres chilenas
Recupero tus palabras para explicarnos. Porque un día, hace muchos años, decidimos combatir juntas el patriarcado que asfixia la vida de las mujeres, porque no nacieron para soportar semejantes cargas e ignominia. Hoy me duele que sientas que casi nada cambia, que te siguen señalando por haber sido la compañera de un personaje público, que menosprecian tu persona y tu carrera profesional. Que te ponen y te quitan la absurda alfombra roja donde pasean las vanidades y la hipocresía. Ya tú sabes cómo se usa y abusa de las mujeres, cómo propios y ajenos vigilan intentando destruir la honorabilidad de las personas. Llevamos años soportando marcas, nos hierran a fuego como ganado, para distinguirnos y juzgarnos. Coincido contigo en la afrenta que representa etiquetar a las mujeres por sus relaciones personales y mercadear con ellas poniendo precio a la dignidad. Discriminan, perjudican y degradan. Vivimos rodeadas de montones de basura. Acá, querida amiga, hay expertas y expertos en herrar, ofender y tejer sombras. Pero el catálogo de “fukús” se extiende por todas partes. Nosotras, como bien escribes, no somos mujeres a disposición de nadie.
Una vez hablamos, -¿recuerdas?-, del Muckraker, el nombre con el que se conoce al periodista y grupo periodístico que, a comienzos del siglo XX, denunciaban públicamente la corrupción política, la explotación laboral, abusos, inmoralidades y otros trapos sucios de personajes e instituciones. Muckraker significa removedor de basura. Era un periodismo honesto, de oposición al poder, a todos los poderes, un movimiento activista y underground. Un posicionamiento para provocar respuestas y no guardar silencio. Eran los primeros pasos del periodismo de investigación, tan vapuleado y escasamente utilizado en la actualidad. Siguiendo los pasos del inglés William Thomas Stead, que en 1885 se consolidó como el primer profesional del periodismo de investigación. Hoy vivimos rodeadas de montones de basura y de escribientes que buscan en los vertederos la sobredosis de odio necesarias para verter, después, en esos medios de comunicación que pertenecen al poder de siempre. Los removedores de basura son una corriente nauseabunda que crece y ya no se esconde. Aquí, en este pequeño país mediterráneo que tan bien conoces, los que viven de la basura se pavonean en las alfombras rojas del poder y la gloria. Se rasgan las vestiduras y caminan erguidos, hinchados hasta reventar de ese falso orgullo del que presumen quienes son fatuos y mediocres. Así es el devenir de la política en este lugar del mapa. Así se está escribiendo un presente maldito en el que siempre mandan los mismos grupos de poder.
Hoy vivimos rodeadas de montones de basura y de escribientes que buscan en los vertederos la sobredosis de odio necesarias para verter, después, en esos medios de comunicación que pertenecen al poder de siembre
Ha sido emocionante verte en la plaza del Zócalo, en CDMX. Mucho. De visita a tu familia mexicana y de activista entre las morras compañeras. Se me pone la piel chinita, que tu dirías, de ver a miles y miles de mujeres en todo el mundo bailando y gritando Un violador en tu camino, creado por cuatro mujeres chilenas. Son el colectivo LaTesis, fundado por Dafne Valdés, Paula Cometa, Sibila Sotomayor y Lea Cáceres, todas ellas de Valparaíso. Porque la piel se enchina al reproducir los videos que circulan por las redes con acciones en Barcelona, Madrid, París, Londres, Sydney, Melbourne, Berlín, Bogotá… Cuenta El País que la letra de esta canción de las cuatro mujeres porteñas es producto de una investigación sobre la violación en los países latinoamericanos. “Muchas mujeres detenidas en las protestas chilenas dejan ver cómo los carabineros y el Estado usan la violencia sexual para sembrar miedo y que las mujeres no se expresen”. El violador eres tú, la Iglesia, la Justicia, el Estado opresor, los curas, los jueces y el presidente. Las violaciones y otras agresiones sexuales muestran las graves cifras de denuncias en todos estos países. La impunidad de los violadores y agresores es una constante así como la falta de protección a las mujeres. Y los feminicidios registran los índices más elevados y trágicos del planeta.
Es el sistema, el machismo ambiental, como bien lo definimos querida Minerva. El patriarcado es un juez que nos juzga por nacer, cantan LasTesis en la primera estrofa de la canción. La misoginia de muchos políticos y cargos institucionales es otro de los duros golpes que sufren las mujeres. Lastesis ya son un fenómeno viral y estremece ver a miles de mujeres en ciudades de estos países, gritando y bailando, jóvenes y mayores, con sus pequeños en brazos, con sus embarazos protestando. América Latina y Europa se ha llenado de activistas. Una canción, unos pasos, unos tambores y cuatro mujeres comprometidas han provocado un movimiento mundial, un efecto mariposa que vuelve a demostrar el valor y el poder de la cultura, del arte, de la música y de las palabras en la incesante lucha contra la violencia machista, por la igualdad y por el cambio social. Las morras mexicanas, grupo de mujeres periodistas, es uno de esos colectivos que están influyendo en la vida de las mujeres, sobre todo las maltratadas. A través de la palabra y las artes visuales están desplegando reportajes sobre la grave realidad de este país, de todos los países. Aquí, con colectivos cómo Les Beatrius, también hemos avanzado en el periodismo feminista, dando visibilidad a las mujeres, en la denuncia periodística, en mostrar la realidad y defender la felicidad de las mujeres. Es una revolución imparable.
Una de las cosas que está demostrando la réplica en diferentes ciudades del mundo de la intervención de LasTesis, es que en todos los países las mujeres que sufren violencia sexual se sienten juzgadas y culpabilizadas por la justicia. La ilustradora mexicana Karla Dueñas ha realizado un hermoso dibujo para ilustrar este movimiento de protesta. Y la culpa no era mía, ni dónde estaba, ni cómo vestía. Estas frases de la canción han recogido aterradores testimonios de niñas y jóvenes latinoamericanas, (y la culpa no era mía) violadas en sus hogares (ni dónde estaba) y vestidas con pijama o uniformes escolares (ni cómo vestía). El violador eres tú. En ese sentido, hemos leído, además, en una red social el testimonio de una joven mexicana que cada día escribe un WhatsApp a su madre indicando la ubicación y trayectoria hacia su lugar de trabajo y su regreso. Lo mismo hizo Marta Calvo, la joven que desapareció hace días en Manuel. Envió a su madre la ubicación concreta del lugar donde había quedado con un hombre. Marta sigue desaparecida.
Porque nos enseñaron a crecer con la culpa. De casi todo. Sumisas y culpables de ser violadas, agredidas, acosadas. Tu bien sabes Minerva a cuánta mierda nos hemos enfrentado. Y cuántos marrones nos hemos comido. Como todas las mujeres, porque nadie queda exenta de las piedras del camino, de los obstáculos constantes y cargantes que nos encontramos cada día. Acá se manifestaron todos, como en tu isla, con motivo del 25 de Noviembre. Y como en años anteriores, esperamos que llegue la contundencia, y los recursos, y los medios necesarios para acabar con el terrorismo machista.
Una canción, unos pasos, unos tambores y cuatro mujeres comprometidas han provocado un movimiento mundial, un efecto mariposa que vuelve a demostrar el valor y el poder de la cultura, del arte, de la música y de las palabras
Me gustan, además, tus enlaces a informaciones sobre el documental que se está realizando con Noam Chomsky y Pepe Mújica, filmado en Montevideo por el cineasta mexicano Saúl Alvídrez, y en el que reflexionan sobre la necesidad y urgencia de un radical cambio de rumbo global. Cuentan los realizadores en un medio latino que las generaciones más jóvenes han heredado el mayor peligro y responsabilidad de toda la historia humana. Hoy, el colapso ecológico, económico, político y social de nuestra insostenible civilización parece inminente. El mundo está girando con temblores. La calle vuelve a tener protagonismo contra todas las injusticias y las desigualdades. Cada día se mueve una sociedad entera, en algún país, una parte de ella, las mujeres, los jóvenes, los pensionistas, las clases medias y bajas. Frente a las personas, los estados que oprimen y castigan, los poderes económicos y políticos que han disparado la brecha de la desigualdad. Los temblores de este mundo son el latido de los más vulnerables y desfavorecidos, de quienes están alzando sus voces. Como debe ser.