VALÈNCIA. Tarde de sábado recia en el Partido Popular de la Comunitat Valenciana. Como en una inundación lenta, el agua que el viernes llegaba a los tobillos del PPCV siguió angando ayer los ánimos de los populares.
Cruce de llamadas constantes entre los mandos del partido en vilo por la búsqueda de una solución a la guerra civil montada desde el jueves con Pablo Casado, presidente nacional, contra Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunida de Madrid y principal activo del PP. Y de fondo, el secretario general del PP, el murciano Teodoro García-Egea, hacedor de todo hasta hace nada y hoy cuestionado.
La primera reacción del PPCV fue obdecer las instrucciones dadas por la dirección general, como en tantas ocasiones, y salir a defender al presidente nacional. Así lo hizo Carlos Mazón, presidente del PPCV, María José Catalá, secretaria general, y los presidentes provinciales o Salomé Pradas. No en vano, la mano dura de Egea les ha hecho a todos ganar sus congresos.
Pero la operación de Génova 13 contra Ayuso, reconocen ahora todos, "ha sido un error descomunal" lo que les ha hecho modular el discurso de cara a Ayuso y pedir la cabeza de García-Egea como solución para firmar la paz, si bien en la Comunitat se sigue de perfil.
En el PPCV se han dado cuenta de dos cuestiones: la primera es que la militancia del PP tiene especial afecto a Ayuso -y les echa en cara su apoyo a Casado- y, la segunda, que han detectado el mensaje del presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijoó, quien ha advertido que si no hay solución se pedirá una junta directiva nacional (lo contemplan los estatutos) para convocar un congreso extraordinario. De hecho, desde que estallaran el avión contra Ayuso, los barones territoriales están en contacto. Galicia, Andalucía y Madrid, sobre todo.
Y las dudas de que esta corriente pueda acabar con la era de Casado coloca al PPCV en una difícil situación: o mantenerse leales a sus superiores o buscar un acomodo, por si acaso. La tensión es constante y las dudas crecen en las filas populares ya que la caída de Egea supondría debilitar de facto a Mazón y los tres presidentes provinciales en una comunidad en la que no han cicatrizado las heridas de los congresos. Ni siquiera el archivo del expediente a Ayuso, como confirmó Génova durante la tarde de ayer, puede no ser suficiente.
Además, la adhesión inquebrantable ya está siendo cuestionada de manera pública por cargos públicos. El alcalde de Alicante, Luis Barcala, ya ha exigido una solución al conflicto. O Adrián Ballester que publicaba en Twitter una reflexión crítica en estos momentos de "tristeza" y reclamabaque "quienes tengan responsabilidades, las asuman". Más allá fue la exsecretaria general del PP en Castellón, Elena Vicente-Ruiz, quien se preguntaba: "¿Qué problema tiene mi partido con las mujeres con talento y con principios como Isabel Díaz Ayuso o Isabel Bonig?".
