VALÈNCIA. El PPCV juega con el escenario de gobernar en solitario tras las elecciones del 28 de mayo. Allá donde pueda, claro está. El gran objetivo es la Generalitat, pero en los planes se abarcan los ayuntamientos de las grandes ciudades. València, aunque no sólo. Alicante o Elche entran en la ecuación. También Castelló, donde las encuestas lo pronostican más difícil.
En 2015, cuando los populares perdieron gran parte de su poder institucional, el inicio de las negociaciones para los pactos entre la izquierda fueron globales. Es decir, trataron de que, por ejemplo, el Ayuntamiento de València y la Generalitat estuvieran condicionados entre sí.
La circunstancia es posible que se repita en el caso de que venciera la derecha. El presidente del PPCV, Carlos Mazón, mantiene desde hace tiempo el discurso de no depender de nadie en un ejecutivo. Algo en lo que ahora ha ido un paso más allá para distanciarse de manera mucho más expresa de Vox como parte de una estrategia nacional.
El partido, sin embargo, tiene que saber mantener el equilibrio. Aunque la intención es que esta tónica se replique en el resto de territorios, en algunos como Castilla y León mantiene gobierno con la formación de Santiago Abascal. Y en el caso de la Comunitat Valenciana, que se ha convertido en la gran batalla de la derecha y la izquierda el 28-M, parece evidente que resultaría difícil de cumplir que, si dan los números, no exista un ejecutivo de coalición.
Todo dependerá, obviamente, del resultado electoral y de la posición de fuerza de la que partan los populares, que creen que Vox no se podría permitir facilitar un ejecutivo de la izquierda porque les penalizaría en los comicios generales de finales de año. El partido de Abascal, sin embargo, ya les ha avisado: quieren la vicepresidencia de la Generalitat y otras cuestiones como una ley de libertad educativa "contra la inmersión lingüística en la Comunitat". La mano está tendida y a cambio la intención clara es formar parte del Consell.
¿Pero y los ayuntamientos? Aquí los populares parece que se mueven en un discurso más contundente por el momento. Y el cual tendrá que comprobarse si se cumple tras las elecciones o no: si son la lista más votada, gobernarán en solitario, afirman fuentes del partido.
Hay que recordar que la Ley Orgánica de Régimen Electoral General establece que, si ningún candidato obtiene la mayoría absoluta, será proclamado alcalde aquel que encabece la lista que haya obtenido mayor número de apoyos. El PPCV confía en que María José Catalá sea alcaldesa de esta manera si quedan como primera fuerza en València. Lo mismo en otras grandes ciudades. Una fórmula para no tener a Vox de compañeros que, eso sí, complicaría asuntos como sacar adelante los presupuestos municipales.
Los populares son conscientes de que si diera la suma de la derecha para ganar la Generalitat las negociaciones se llevarían en global junto a los ayuntamientos. Sin embargo, aseguran que no pretenden ceder en el ámbito municipal.
Como a ocurrió en las dos citas electorales anteriores, la ley prevé que las corporaciones locales se constituyan el vigésimo día posterior a la celebración del escrutinio, salvo que se hubiera presentado recurso contencioso-electoral contra la proclamación de los concejales electos. Esto deja el 17 de junio como la fecha marcada en el calendario para que se proclame alcalde o alcaldesa de València. La investidura de presidente de la Generalitat cuenta con más margen, por lo que el resultado de la primera gran negociación será lo que ocurra en los consistorios.