VALÈNCIA. La cita del próximo 18 de diciembre –salvo cambio de última hora– en Les Corts podría verse como ordinaria, pero adquiere una relevancia especial. Esa jornada está convocada la comisión de À Punt con varios puntos del orden del día que incluyen tres comparecencias importantes y que servirán de punto de partida para que el PP y Vox comiencen a abordar realmente los cambios en la radiotelevisión valenciana. Si pueden.
Las intervenciones previstas son las del presidente de la Corporació Valenciana de Mitjans de Comunicació, Miquel Francés; la del director general de À Punt, Alfred Costa; y la del secretario autonómico del Gabinete de Presidencia y Comunicación, José Manuel Cuenca.
El primero a petición tanto del PSPV como de Compromís para que informe de las presiones recibidas por profesionales de la casa por parte de la hermana del vicepresidente primero y conseller de Cultura, Vicente Barrera, para evitar la cobertura informativa de sus incompatibilidades y las medidas sancionadoras que se le han aplicado.
El segundo a petición de Vox para que informe sobre la ejecución del contrato programa; y el tercero a petición del PPCV para que dé cuenta igualmente del seguimiento del contrato programa.
Aunque en principio el orden del día esté ceñido a estos asuntos, es probable que las comparecencias sean más amplias o que los grupos pregunten sobre otras cuestiones de modelo, funcionamiento, audiencia, ingresos, etc. Intervenciones que seguramente servirán para señalar las deficiencias y estudiar, en base a todo ello, las decisiones pendientes que ha de tomar el Consell.
Los interrogantes son múltiples y colean de la pasada legislatura, como ya explicó Castellón Plaza: la fusión de las dos sociedades que componen À Punt –la Societat Anònima de Mitjans de Comunicació (SAMC) y la Corporació Valenciana de Mitjans de Comunicació (CVMC)–, en qué se convertiría con una única estructura –si en un ente público–, la figura de los trabajadores, las oposiciones, el nuevo contrato programa, las externalizaciones... todo ello se encuentra en el aire a la espera de lo que determine el Gobierno autonómico y es posible que el punto de partida sea la comisión parlamentaria dedicada a À Punt.
Hacia dónde se dirigirán el PP y Vox es una incógnita, puesto que ya han reculado en sus primeras intenciones tras la polémica generada. Así ha ocurrido con la retirada de las enmiendas relativas a la radiotelevisión valenciana presentadas a través de la ley de Acompañamiento. Aquellas en las que aumentaban su peso en el máximo órgano directivo de la radiotelevisión valenciana –lo que suponía que pasaran a tener mayor control– y limitaban el presupuesto –lo que podía derivar en una reducción efectiva en futuros presupuestos–. En los textos, cambiaban la composición del Consell Rector y las mayorías parlamentarias necesarias para nombrar a sus miembros sin la oposición, además de introducir un nuevo miembro en el Consejo de la Ciudadanía. Nada se ello se hará finalmente de esta manera.
El momento más visto fue la bajada de la Senyera con un 20,4% de cuota de pantalla, donde À Punt lideró la audiencia por delante del resto de cadenas.